Nota Greenpeace
Greenpeace presentó ayer miércoles día 10 de diciembre en rueda de prensa el informe La huella del consumo español de langostinos de cultivo en el que analiza el grave impacto medioambiental y social provocado en los países en los que se cultiva langostino. España el es país europeo que más langostinos importa y el tercer importador mundial; estas cifras de importación crecen a un ritmo acelerado.
Greenpeace ha alertado de que esta actividad industrial está causando la desaparición de uno de los ecosistemas costeros más valiosos del Planeta: los manglares o bosques costeros tropicales. Aproximadamente un tercio de la producción mundial de langostinos no proviene de la actividad pesquera, sino de su engorde en piscinas. De estos, el 99% tiene lugar en países pobres.
«La industria camaronera, como se conoce en América Latina a esta industria, ha dejado una huella de destrucción, violencia y desplazamiento de miles de personas pobres en países como Ecuador, Honduras, Colombia o Brasil, a los que España compra miles de toneladas de langostinos»- ha declarado Sebastián Losada, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace
El pasado mes de octubre Greenpeace se dirigió a las empresas que importan estos langostinos así como a las grandes superficies que los venden1 demandándoles información básica sobre su origen, así como garantías de que sus langostinos no proceden de actividades que destruyen el medioambiente ni los medios de vida de la población en los países productores.
«Estamos muy decepcionados con la respuesta de estas empresas. Éstas tienen la responsabilidad de dar garantías a los consumidores de que no están comprando destrucción» – añadió Losada – «Afortunadamente, el consumidor tiene la opción de identificar y rechazar estos productos, etiquetados como acuicultura o criado”.
Greenpeace ha señalado también que aunque este informe esté centrado en la producción de langostinos en piscinas, los langostinos procedentes de la pesca no son una alternativa sostenible, ya que la pesca de arrastre para la captura de langostinos, sobre todo la practicada en zonas tropicales del Planeta, es una de las más destructivas que existen
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