GreenPeace pide a Loyola de Palacio que deje de hacerle el juego a la industria nuclear

Nota de Prensa de GreenPeace
Ante las recientes declaraciones de Loyola de Palacio mostrando nuevamente su decidido apoyo a la energía nuclear, Greenpeace quiere recordar a la Vicepresidenta de la Comisión Europea y Comisaria de Energía, que en la Cumbre del Clima celebrada en Bonn el año pasado, la energía nuclear quedó excluida explícitamente y de forma definitiva de la lista de medidas del Protocolo de Kyoto para combatir el Cambio Climático, precisamente porque la energía nuclear no resulta de utilidad para hacer frente a este problema.

Greenpeace considera que tras el citado acuerdo de Bonn, que fue propiciado e impulsado activamente por la Unión Europea, Loyola de Palacio, como vicepresidenta de la misma, debería dejar de defender a la industria nuclear como si ésta fuera la panacea energética para cumplir con los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

"Loyola de Palacio recurre una y otra vez a los inconsistentes -y fracasados- argumentos utilizados por la industria nuclear para hacerse un hueco en las negociaciones sobre Cambio Climático del Protocolo de Kyoto", declaró Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace España.

Para Greenpeace, Loyola de Palacio continúa haciendo un análisis equivocado y simplista de los problemas energéticos de Europa, sesgado siempre a favor de los intereses de las compañías del sector nuclear. De Palacio olvida sistemáticamente, por ejemplo, que está sobradamente demostrado que por cada euro, dólar, etc. invertido en medidas de ahorro y eficiencia energética se logra reducir 7 veces mas emisiones de CO2 que con ese mismo dinero invertido en energía nuclear.

Es decir, la energía nuclear, además de ser un fracaso medioambiental y tecnológico, es la opción menos eficiente desde el punto de vista económico para hacer frente a la reducción de las emisiones de CO2.

Otro ejemplo de lo equivocado del análisis de Loyola de Palacio es que, probablemente de forma deliberada, mezcla sus declaraciones a favor de la opción nuclear con la cuestión del aumento progresivo de las emisiones de CO2 en el sector transporte.

Para Greenpeace, si bien es cierto que las emisiones de CO2 procedentes del sector transporte van a crecer mucho en los próximos años (entre otras cosas, dada la nefasta política de transportes e infraestructuras promovida por Loyola de Palacio), ésta evita decir que la energía nuclear no puede hacer nada para evitar eficazmente estas emisiones.

"La energía nuclear no tiene ningún papel relevante para luchar contra el cambio climático. Al contrario, es una energía tan costosa que resulta un auténtico obstáculo para desarrollar adecuadamente las únicas vías para combatir eficazmente el cambio climático: las energías limpias (medidas de eficiencia energética y energías renovables)", añadió Bravo

Como demuestran los casos de Suecia y Alemania, cerrar las centrales nucleares es posible técnica y energéticamente. Lograrlo es tan sólo una cuestión de voluntad política, en querer adoptar de forma decidida una política energética basada en el fomento de la eficiencia energética y las energías renovables.

Greenpeace

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