Greenpeace pide el cierre de Valmingómez

Poco después de las 11 de la mañana del jueves, escaladores de Greenpeace han descolgado una gran pancarta desde la chimenea de la incineradora de Valdemingómez (Municipio de Madrid) con el mensaje «STOP INCINERACIÓN», al tiempo que otro grupo de activistas desplegaban una pancarta en la puerta principal en la que se leía «STOP DIOXINAS, ¡RECICLAJE YA!». La pancarta de la chimenea ha sido desplegada a pesar de que los empleados de la incineradora han intentado rajar la pancarta y soltar los amarres de los escaladores de Greenpeace, poniendo en peligro su seguridad.

Con esta acción Greenpeace quiere mostrar su total desacuerdo a la incineración de residuos, dada la peligrosidad que entraña esta práctica. La existencia de dioxinas en los gases de chimenea y en las cenizas y escorias generadas suponen un riesgo innecesario para la salud de la población y para el medio ambiente. La gestión de los residuos en el Municipio de Madrid es totalmente inadecuada y parecen prevalecer otros intereses diferentes a los de la ciudadanía.

«Debido a que las dioxinas provocan efectos graves por bioacumulación, no se puede hablar de un nivel seguro de exposición a estos contaminantes, hasta la cantidad más pequeña se irá acumulando en nuestros tejidos y tras años de exposición sufriremos sus efectos. Parece que el Ayuntamiento quiere cerrar los ojos a este hecho.», declara Sara del Río, responsable de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace.

Es este momento la incineradora de Valdemingómez tiene abierto de oficio un proceso de investigación, ya que unas muestras recogidas el pasado 12 de diciembre por la Comunidad de Madrid presentaban niveles de dioxinas quince veces superiores a los permitidos. Asimismo, la Comunidad de Madrid ha incumplido su compromiso de realizar un estudio epidemiológico, a cambio ha
presentado un informe de monitorización que simplemente ha consistido en un recuento de los ingresos en urgencias en los hospitales cercanos a la planta. El único valor de estos resultados es «cubrir el expediente», tratando de ocultar a la ciudadanía la realidad.

Existen alternativas, por ejemplo en la actualidad la Entidad Metropolitana de Barcelona, con características similares de población y extensión al municipio de Madrid, posee un sistema de gestión de sus residuos menos peligroso y más sostenible, que tiende a la eliminación progresiva de la incineración y potencia la separación selectiva en origen (materia orgánica, papel, cristal, envases,…) y el reciclaje integral.

«Considerando que las dioxinas se encuentran entre las doce sustancias a eliminar propuestas por el Convenio de Estocolmo sobre compuestos orgánicos persistentes (COP), teniendo en cuenta también que existen y que se están llevando a cabo alternativas saludables para el medio ambiente y la salud de la población, no encontramos razón de interés público para continuar con la incineración de residuos», añade Sara del Río.

Una vez finalizada la acción de protesta realizada en Valdemingómez, miembros de Greenpeace acudieron al Ayuntamiento de Madrid, donde han hecho entrega de las llaves con las que esta mañana han cerrado simbólicamente las puertas de acceso a la incineradora.

Así mismo hicieron entrega de una carta dirigida al Concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, en la que piden que reconsidere su postura de continuar incinerando residuos, poniendo en peligro de esta forma la salud de la ciudadanía que vive en las inmediaciones de la planta, así como el medio ambiente.

Según el texto de la carta, Greenpeace considera que los efectos tóxicos de la incineración están suficientemente probados, que la gestión de los residuos que se está potenciando desde el Ayuntamiento es inadecuada y que existen alternativas viables y limpias aplicables al municipio de Madrid.

Por estas razones Greenpeace solicita una vez más al Ayuntamiento de Madrid el cierre de esta planta y la puesta en marcha de un sistema de gestión de residuos para esta ciudad que no ponga en peligro su salud y su medio ambiente, en la línea del informe que la responsable de la campaña de Tóxicos de la organización ecologista, Sara del Río, presentó al Sr. Loygorri en la reunión que mantuvieron el pasado 24 de octubre.

Greenpeace

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