Greenpeace pide un debate sobre política forestal en Galicia

La organización ecologista Greenpeace ha enviado a los cabeza de lista de los partidos políticos gallegos el informe titulado “6 razones para cambiar de Política Forestal en Galicia”, donde se analiza brevemente las consecuencias de los casi 10 años de desarrollo del Plan Forestal de Galicia. Según Greenpeace, el conjunto de deficiencias y problemas surgidos tras la aplicación (o no-aplicación) del Plan hace necesario un cambio de política forestal en Galicia. Greenpeace ha pedido a los candidatos que hablen de este tema durante la campaña electoral que ahora comienza.

En primer lugar, el informe señala que el Plan Forestal de Galicia fue diseñado sin tener en cuenta el consenso social y el equilibrio de intereses, por lo que las inversiones y esfuerzos humanos se han centrado en ciertos sectores, que en ningún caso representan a la totalidad de intereses y/o agentes implicados en el sector forestal.

El Plan Forestal Gallego fue pensado básicamente para favorecer los rendimientos productivos mediante la promoción de monocultivos forestales (diversas especies de pinos y eucaliptos), favoreciendo expresamente las masas densas, regulares y continuas.

Debido a este sesgo, la superficie de eucalipto en Galicia duplicaba las previsiones del Plan Forestal cuando no había transcurrido la cuarta parte de su vigencia. Según ha reconocido la misma Xunta de Galicia, en sólo diez años la superficie forestal dedicada en Galicia al cultivo del eucalipto se ha multiplicado por cuatro, pasando de 39.000 hectáreas a 177.000 hectáreas, 84.000 hectáreas más. Las previsiones iniciales del Plan Forestal se superaron en un 77%.

La política de declaración de espacios protegidos ha sido rácana. En el proceso de definición de la Red Natura 2000, los responsables de la Xunta también han destacado por su falta de interés. “La Comisión Europea ha tenido que pedir a la Xunta en los últimos años que ampliase la propuesta de espacios para integrar la Red Natura 2000 ya que consideró escasa la propuesta” ha señalado Miguel Angel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace. “Además, la escasa voluntad de la Xunta es insuficiente y no libera de las amenazas que penden sobre estos espacios: embalses, canteras, extracciones de turba, eucaliptos, falta de inversiones, etc.”

Los bosques caducifolios autóctonos ocupan, aproximadamente, el 1% de la superficie forestal originaria y no son motivo de preocupación por parte de la Xunta. Esta superficie de bosque, muchas veces de tamaño reducido o fragmentado, están desapareciendo del paisaje por la política forestal homogeneizadora.

Durante la década de los 90, la mitad de los incendios forestales se producían en Galicia. Y el 80% de estos incendios son intencionados. Pese a la gran cantidad de recursos humanos y económicos destinados al efecto, la tendencia de los últimos 10 años señala que el número de incendios forestales, lejos de disminuir, aumenta. La Xunta, en lugar de plantar cara a la diversidad de causas existentes (quemas incontroladas, problemas socioeconómicos, economía del fuego), ha considerado más adecuado la ocultación de datos. En los últimos años, los responsables de la Xunta han abundado en la línea de recomendar a los medios de comunicación que no se den noticias de incendios y han pedido al Ministerio de Medio Ambiente que elabore informes con datos de incendios referidos, no a cada Comunidad Autónoma, sino a “regiones geográficas”. “Esta operación de maquillaje de datos no parece haber cambiado mucho la tendencia pirofítica gallega” ha declarado Soto.

Greenpeace

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