Con la llegada del buen tiempo y las temperaturas veraniegas es necesario mantener un nivel adecuado de agua y sales minerales que conserve los niveles de hidratación del cuerpo. Para ello, la ingesta frecuente de de agua, frutas, infusiones, sopas frías y otras bebidas como los zumos, se presenta como una manera fácil, variada y agradable de cuidar nuestra salud y a la vez reponer el agua perdida en estos días calurosos.
Desde el punto de vista de la hidratación, los zumos de frutas y hortalizas aportan un alto contenido en agua, entre un 85% y un 95%, además de energía en forma de azúcares, vitaminas, minerales, cantidades variables de fibra y otras sustancias importantes para la salud, según señala el vicepresidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN), Dr. D. Manuel Moñino.
“La hidratación es un proceso vital. Nuestro cuerpo es agua en aproximadamente un 60% y es necesario conseguir un equilibrio entre el agua que gastamos y la que ingerimos a partir de los alimentos y bebidas de nuestra dieta”, apunta el experto.
En este sentido, Moñino explica que, en condiciones normales, las necesidades diarias de agua rondan los dos litros y medio, en el caso de los hombres y los dos litros en el caso de las mujeres, que deben proceder de una dieta variada, pero principalmente, a partir del agua bebida. Los niños y las personas mayores tienen más riesgo de sufrir deshidratación por lo que, en días calurosos, se les debe ofrecer agua con frecuencia.
El vicepresidente de la AEDN señala que la ingesta de un vaso de zumo al día supondría una contribución de casi 200 mililitros a las necesidades de agua del organismo. En cualquier caso, el Dr. Moñino insiste en que la principal fuente de hidratación debe ser el agua de bebida.
“Los zumos 100% sin azúcar añadido se consideran como una ración de fruta, por lo que una de las cinco raciones diarias recomendadas podría ser en forma de zumo”, añade.
Según señala el Instituto Europeo para la Hidratación, el agua juega un papel muy importante para el cuerpo humano; forma parte de las células, lubrica el cerebro y las articulaciones, transporta nutrientes, traslada residuos fuera del organismo, ayuda a regular la temperatura corporal mediante la redistribución del calor y refresca el cuerpo a través de la transpiración, hechos que cobran un especial importancia en la época de más calor del año.
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