El objetivo de esta iniciativa pretende dar salida y apostar por unos productos agrícolas que están obteniendo unos rendimientos y una rentabilidad superior a la media en el campo valenciano pese a que se producen menos kilos. Las características de estos cultivos autóctonos residen en que conservan todas las propiedades organolépticas y valores nutricionales de hace siglos y nada tienen que ver con los cultivos híbridos que ofrece hoy en día el mercado, cuyo aspecto puede ser muy atractivo pero que, en cuanto a peso y sabor, en ocasiones dejan mucho que desear. En el caso de la berenjena alistada de Gandia, se ha demostrado que el porcentaje de omega 3 que contiene es mucho mayor que el de cualquier otra variedad híbrida.
Los productores de la SAT argumentan que invertir en este tipo de investigaciones ayuda a recuperar y consolidar el patrimonio agrícola valenciano ya que, gracias al trabajo de los agricultores, las simientes originarias de los cultivos se mantienen, se almacenan en bancos de germoplasma y se cultivan. Además, está demostrado que los consumidores demandan más calidad en las hortalizas que compran y en muchos casos se quejan de que se están perdiendo los sabores de antaño.
Otra de las razones que aportan los horticultores de la SAT es que trabajar o investigar sobre variabilidad genética es apostar por la biodiversidad en un futuro.
SAT Horticultores de Valencia inicia en 2008 una programación de hortalizas de invierno con más de 3.000 hanegadas de superficie cultivada en el primer año de actividad.
AVA