La primera Conferencia Paneuropea sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos ha invitado a los países de Europa Central y Oriental a unirse al Sistema de Alerta Temprana para los productos alimenticios, ya operativa en la Unión Europea. Según el informe de la reunión, el sistema «se ha demostrado como un instrumento al servicio de la salud pública, de la protección de los consumidores y de la transparencia en el comercio internacional de productos alimentarios».
Participan actualmente en el sistema 15 Estados Miembros de la Unión Europea, además de Noruega, Liechtenstein e Islandia. Si un producto constituye un riesgo grave e inmediato para la salud de los consumidores, los países tienen la obligación de informar a la Comisión Europea para identificar y retirar el producto del mercado. Esta información deberá ser difundida entre todos los países miembros del sistema para que, a su vez, tomen las medidas necesarias.
La Conferencia Paneuropea sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO)y la Organización Mundial para la Salud (OMS)y auspiciada por el Gobierno húngaro, ha tocado fin hoy, tras cuatro días de debates.
La Conferencia ha sido un importante paso adelante hacia la mejora de la inocuidad y la calidad de los alimentos en la región europea, han reconocido la FAO y la OMS. Algunas enfermedades de origen microbiológico como la Salmonellosis o la campylobacter están aumentando su incidencia en Europa por lo que se hacen necesarios mayores controles para evitar su expansión. Otros de los problemas abordados fueron los casos de alimentos contaminados por sustancias químicas como la dioxina, el plomo y el cadmio, así como los residuos de pesticidas. Los sistemas de seguridad alimentaria en la región europea no son siempre transparentes y necesitan ser mejorados, han reconocido las dos agencias de Naciones Unidas.
La Conferencia ha pedido a los países que fortalezcan y armonicen sus sistemas de vigilancia de enfermedades, las investigaciones sobre los brotes infecciosos, los sistemas de recogida de datos así como los métodos de diagnóstico sobre inocuidad y calidad de los alimentos.
«Es necesario incrementar la compatibilidad de los sistemas de inocuidad de los alimentos mediante la armonización, la transparencia y la equivalencia de los controles y los reglamentos en Europa», según se recoge en el informe final.
«Es necesaria una mayor cooperación entre los sectores de la salud y la producción de alimentos, de la agricultura y de la pesca para la seguridad y la calidad de los alimentos».
Hace falta reforzar el control de la calidad y la inocuidad de los alimentos «en toda la cadena alimentaria, incluidos controles internos de alimentos destinados al consumo humano y animal», según el informe. Hace falta definir, por vías legales, la responsabilidad de las industrias agroalimentarias en la calidad de los alimentos que producen.
«Se debe hacer pública la información sobre los resultados de los controles de calidad y de los resultados de las inspecciones publicas». Muchos países todavía consideran reservadas estas informaciones, han asegurado la FAO y la OMS.
Todos los países deberían examinar «las informaciones sobre la seguridad de los alimentos y los valores nutricionales que figuran en las etiquetas de los productos con el fin de garantizar que las informaciones que reciben los consumidores sean adecuadas y no lleven a engaño».
La Conferencia ha invitado a crear asociaciones de consumidores fuertes e independientes. Un dialogo abierto entre los científicos, los gestores de riesgos, los productores y los consumidores en todas las etapas del proceso de toma de decisiones es fundamental para comprender la evaluación de riesgos, la gestión de las crisis y cómo informar sobre ellas.
La información y la educación en materia de higiene de los alimentos debería servir a aumentar la competencia de los trabajadores y la eficacia de los inspectores en toda la cadena alimentaria. La educación de los consumidores debe comenzar en la escuela.
La Conferencia ha invitado a la FAO, la OMS y a los donantes europeos a apoyar a los países en transición a mejorar su capacidad de control de los alimentos mediante la formación, el fortalecimiento de sus instituciones y a la legislación.
«No sólo los candidatos a la adhesión a la Unión Europea necesitan ayuda para mejorar sus sistemas de seguridad alimentaria y calidad de sus alimentos. También los países en transición de Europa lo necesitan. No debe haber dos grupos diferentes de países en Europa,» ha dicho la Presidenta de la Conferencia, la húngara Diana Banati.
La reunión de Budapest ha contado con la participación de expertos en inocuidad de los alimentos de 47 países, así como asociaciones de consumidores y de productores de alimentos de Europa oriental, Central y occidental y de otros países en transición.
Las recomendaciones de la Conferencia serán sometidas a consideración de los ministros presentes en la 23a. Conferencia regional de la FAO para Europa (Chipre, 29-31 mayo de 2002) y la 52a. reunión del Comité regional de la OMS para Europa (Copenhague, 16-19 septiembre de 2002).
FAO