En declaraciones a Europa Press, el director del Centro Ifapa, Jesús Pérez, explicó que la idea es que la empresa Zamexfruit comercialice este producto, un alimento envasado y listo para el consumo. El estudio está «pendiente de verificar el resultado y su diseño está totalmente acabado».
Los investigadores del Ifapa han determinado las condiciones de elaboración y preparación para que la fruta no pierda sus cualidades una vez envasada. De este modo, el objetivo del estudio desarrollado ha sido mantener el sabor, el olor, la textura y el zumo de la fruta en parámetros iguales a los de la naranja recién cortada.
La variedades de naranja que mejores calidades han ofrecido en la conservación son la Salustiana, «que ha dado un resultado perfecto», la Lane late y la Valencia late, que también han ofrecido unas condiciones «bastante buenas». En esta línea, la naranja se comercializará previsiblemente entera, por unidades para el consumo de una sola persona y también en bandejas de cuatro a seis piezas para la familia.
El director del Centro Ifapa de Palma del Río señaló que «la clave más importante es que no se note la diferencia con el alimento fresco». Según explicó, entre las condiciones de elaboración, el pelado manual juega un papel muy importante y previamente se realiza un escaldado para que la piel se desprenda con facilidad.
Cuando la naranja está lista se desarrolla la atmósfera con una mezcla de dióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno en una instalación que sólo existe en el Centro Ifapa de Palma del Río.
Jesús Pérez aclaró que la naranja es una fruta muy delicada, y «una vez pelada sigue respirando, toma oxígeno y libera CO2, por lo que la permeabilidad del plástico que la envuelve también es un factor importante». Así, tanto el pelado sin dañar el fruto, como la atmósfera o la permeabilidad del envase hacen que el crecimiento microbiano sea nulo
Europa Press