Inaugurado el primer Foro Mundial de Reguladores de la Inocuidad Alimentaria

Ayer se inauguró el primer Foro Mundial de Reguladores de la Inocuidad Alimentaria, cuyo objetivo es individuar las maneras de mejorar la salubridad de los alimentos en todo el mundo y en cada paso de la cadena alimentaria, desde los agricultores hasta los consumidores, pasando por los manufactureros y vendedores al por menor.

A lo largo de tres días, unos 300 participantes procedentes de 120 países y diferentes organizaciones presentarán y discutirán sus éxitos y fracasos en la lucha contra las enfermedades de origen alimentario. El intercambio de experiencias en este foro servirá de ayuda a los países a la hora de mejorar sus estrategias y sistemas en materia de inocuidad de los alimentos y, en último término, a reducir la pesada carga de las enfermedades de origen alimentario.

Los participantes analizarán, entre otros temas, la gestión de emergencias de inocuidad alimentaria, cómo atajar los daños de las sustancias químicas y los peligros microbiológicos ya identificados o nuevos, y cómo hacer frente a las necesidades de los países en vías de desarrollo.

Los nuevos desafíos en materia de inocuidad de los alimentos son el resultado de una serie de cambios en las substancias químicas y en los agentes microbiológicos, en los cambios en los modelos de consumo, de la urbanización, de los nuevos métodos de producción de los alimentos, de las tecnologías modernas y del incremento del comercio y el tráfico internacional.

Las enfermedades de origen alimentario constituyen un motivo grave de preocupación. Según estima la Organización Mundial de la Salud, más de 2 millones de personas, sobre todo niños, mueren cada año a causa de diarrea provocada por el consumo de agua y alimentos contaminados. Incluso en los países desarrollados, una tercera parte de la población sufre cada año afecciones de origen alimentario. La inocuidad de los alimentos, un sector crítico de la sanidad pública, es un tema de alta prioridad tanto para la FAO como para la OMS.

Gro Harlem Brundtland, Directora general de la OMS afirma: «Muchos países informan de un aumento significativo de las enfermedades de origen alimentario. Es necesario reflexionar sobre estos datos. Tenemos que intentar mejorar nuestros sistemas de inocuidad alimentaria y evitar repetir los errores del pasado. La OMS, en colaboración con la FAO y sus estados miembros están trabajando con ahínco para elaborar estrategias de prevención, basadas en nuevas pruebas para disminuir los riesgos de enfermedades a lo largo de la cadena de producción alimentaria».

Los principales peligros están bien identificados y se pueden tomar medidas, eficaces y ya experimentadas, para proteger a la población. Algunos países han intensificado sus esfuerzos contra algunos agentes patógenos y han conseguido buenos resultados en el marco de cinco a diez años. El primer paso que deben dar los gobiernos es colocar el tema de la inocuidad alimentaria como tema prioritario en su agenda política.

Los problemas de inocuidad alimentaria pueden tener repercusiones gravísimas en la economía de una nación. Según el Departamento para el ambiente, la alimentación y los asuntos rurales del Reino Unido, el grueso del gasto público a consecuencia de la crisis provocada por la Encefalopatía Espongiforme Bovina, enfermedad de las «vacas locas», se remontó a 3.400 millones de libras esterlinas entre los años 1996-2000. Los problemas de inocuidad de los alimentos perjudican a los países en vías de desarrollo obstaculizando su desarrollo económico. Las exportaciones de alimentos, una fuente importante de divisas e ingresos, son rechazadas si no cumplen las normas de los países importadores, lo que se traduce en la pérdida de trabajo en las industrias alimentarias y agrícolas de los países más pobres. La productividad decae en todos los sectores debido a las enfermedades que contraen un buen número de trabajadores. El turismo internacional no alcanza su potencial máximo. En resumen, se perpetua el ciclo de la pobreza.

«La inocuidad de los alimentos es una responsabilidad que deben compartir los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo», afirmó el Director General de la FAO, Jacques Diouf, en un mensaje grabado en vídeo y enviado al Forum. «Debido a la creciente globalización del mercado de los productos alimentarios, los requisitos sanitarios que exigen los países importadores deben encaminarse a la protección de los consumidores y no levantar barreras técnicas al comercio».

Diouf invitó con urgencia a los países desarrollados a «dotar a los países en vías desarrollo con ayuda técnica y financiera».

El Foro Mundial servirá de ayuda para reforzar la cooperación internacional en materia de seguridad alimentaria entre los países. Cuando el abastecimiento de alimentos adquiere cada vez más una dimensión global, ningún país puede resolver en solitario sus problemas de inocuidad alimentaria.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han organizado de forma conjunta el Foro siguiendo las sugerencias de sus países miembros. El comunicado final de la cumbre del G-8 de Okinawa (Japón), celebrada en 2000, solicitaba a los dos organismos de las Naciones Unidas que organizaran «encuentros internacionales periódicos de reguladores de inocuidad alimentaria».

FAO

Deja una respuesta