El Gobierno regional ultima el Plan Eólico de la provincia de Guadalajara en el que trabajan conjuntamente las consejerías de Industria y de Medio Ambiente para conseguir los mayores beneficios para la provincia evitando al máximo los impactos medioambientales y apostando firmemente por las energías limpias.
El Plan prevé la instalación de 20 parques eólicos, ubicados en 14 áreas, que afectarán parcialmente a 23 municipios fundamentalmente del norte de la provincia, que cuentan con una población actual de 3.200 personas, según ha avanzado el consejero de Industria y Trabajo, Alberto Saiz.
En la actualidad, hay un único parque en funcionamiento, el de Campisábalos y un segundo, el de Cantalojas que está en fase de construcción. Ambos proyectos cuentan con declaración ambiental positiva. El resto de los proyectos, según ha informado el consejero, están en fase de análisis.
El diseño de este Plan se ha realizado buscando siempre compatibilizar los parques eólicos con los recursos naturales, con la menor afección posible. En este sentido, la consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo, ha sido contundente al afirmar que «se han establecido y se establecerán en todos los parques pendientes las medidas correctoras y los planes de vigilancia».
El trabajo se ha realizado con criterios ambientales, como considerar una superficie circular de exclusión en torno a los lugares de nidificación del águila imperial, de la perdicera, del buitre negro o la cigüeña, entre otras especies. En segundo lugar, no se han permitido alineaciones de los aerogeneradores en disposición perpendicular.
También se ha cuidado mucho la separación de los aerogeneradores y se ha velado por compartir líneas de alta tensión y evitar el efecto frontera con otras comunidades autónomas, según ha explicado Arévalo.
En palabras de Alberto Saiz, se trata de un plan «hecho con sentido común, mirando al futuro y protegiendo el entorno natural de la provincia y respetando la sensibilidad de todos los guadalajareños».
Si el Plan se ejecuta en su totalidad, las consecuencias serán de diversos tipos. Por un lado, la producción anual de energía de los 20 parques sería de 1,8 millones de megavatios a la hora, lo que supone una producción anual de un 40% más de la que genera la central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita.
Con esta producción de electricidad de origen eólico se podrá atender el consumo de 166.000 hogares y 600.000 personas, evitando la compra de medio millón de toneladas anuales de petróleo, reduciendo notablemente la emisión de sustancias contaminantes y poniendo solución a los tradicionales problemas de suministro eléctrico de la zona norte de la provincia.
Además, están previstas una serie de consecuencia socioeconómicas. El plan supondrá una fuerte inyección de alrededor de 603 millones de euros a afrontar por los promotores y otra fuente de ingresos de otros 15 millones de euros provenientes de tasas, licencias y arrendamientos.
Esta fuerte inversión tendrá un impacto sustancial sobre el empleo. Si todos los parques hoy previstos se construyen, se generarán en torno a los 10.000 empleos, si bien la mayor parte serán temporales.
No obstante, los titulares regionales de Industria y Trabajo y de Medio Ambiente han supeditado siempre la puesta en marcha del plan en su totalidad a que todos los proyectos cuenten con una declaración de impacto medioambiental positivo.
Los criterios medioambientales han sido prioritarios a la hora de diseñar este plan, que ha de tener en cuenta otros elementos como la imposibilidad de ubicar parques eólicos en lugares donde no se disponga de la principal materia prima, el aire, en calidad y cantidad.
El trabajo de Medio Ambiente ha estado dirigido a conseguir una mínima ocupación territorial, con una menor afección medioambiental, compatibilizando los nuevos parques con los ya existentes y estableciendo criterios técnicos rigurosos. Con este Plan, Guadalajara generará el 19% de toda la producción eólica prevista en Castilla-La Mancha en los próximos años
JCCM