Informe 2003 sobre la economía de la UE: ¿aparición de nuevos modelos de crecimiento económico?

En la línea de los indicios de recuperación económica que figuran en las previsiones económicas de la Comisión recientemente publicadas, el informe 2003 sobre la economía de la UE, publicado ayer, muestra que los factores del fuerte crecimiento de la economía estadounidense también están presentes en la economía de la UE. Varios Estados miembros de la UE han superado a los EE.UU. desde el punto de vista de la productividad del trabajo desde mediados de los años noventa. Por ello, la menor productividad de la UE en su conjunto refleja los particularmente pobres resultados de algunos de los mayores Estados miembros. El informe 2003 sobre la economía de la UE analiza a fondo: 1) la evolución macroeconómica en la zona del euro, 2) los factores de aumento de la productividad, 3) la educación, la formación y el crecimiento, 4) la flexibilidad de los salarios y las interdependencias salariales en la UEM, y 5) los flujos de capital internacionales.

Según Pedro Solbes, Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE: «El análisis confirma la importancia de una aplicación enérgica de una estrategia de reforma global con el fin de crear un marco para las empresas más flexible, dinámico y favorable a la inversión, que debe estar encaminado a reducir la carga reglamentaria, integrar más los mercados, fomentar la inversión en capital humano y promover el potencial de innovación de la economía. Junto con unos mercados en mejor funcionamiento y unos mecanismos de financiación más orientados al riesgo, ello establecerá las condiciones para un aumento significativo de la tasa de crecimiento de la UE.”

Evolución macroeconómica en la zona del euro

A pesar de los indicios de recuperación de la actividad económica en el segundo semestre de 2003, se estima que la zona del euro registrará un crecimiento económico significativamente inferior al potencial por tercer año consecutivo. Las fuerzas del mercado que habitualmente inician la recuperación parecen haber funcionado con menor eficiencia o intensidad, haciendo que la economía, que se recuperó a principios de 2002, no se mantuviese firme frente a las nuevas perturbaciones. El hecho de que haya persistido la ralentización durante tres años sugiere que el comportamiento de la oferta ha jugado un importante papel y que la debilidad del crecimiento no puede atribuirse únicamente a las perturbaciones de la demanda. Esto subraya la necesidad de proseguir más enérgicamente la estrategia de Lisboa.

Aunque las políticas macroeconómicas se ajustaron a la ralentización de la actividad económica, hay algunos indicios de que la orientación un tanto expansionista de la política fiscal no contribuyó en una medida apreciable a estimular la actividad económica. Los datos disponibles indican que los recortes tributarios aplicados en varios Estados miembros de la UE desde 2001 no implicaron el aumento esperado de la inversión y el consumo privados. El consumo privado fue menos vigoroso de lo que cabía esperar, debido a un incremento de la tasa de ahorro de las economías domésticas atípico teniendo en cuenta la situación cíclica. Esto indica que los denominados efectos no keynesianos relacionados con una falta de credibilidad de la política fiscal influyeron negativamente en la actividad económica.

Factores de aumento de la productividad

Desde mediados de los años noventa, ha aparecido un nuevo modelo de crecimiento en los Estados Unidos y en una serie de Estados miembros de la UE. Siete Estados miembros (Bélgica, Grecia, Irlanda, Austria, Portugal, Finlandia y Suecia) han superado a los Estados Unidos desde mediados de los años noventa en lo que se refiere a la productividad por hora trabajada. Tres de estos siete países, a saber, Irlanda, Finlandia y Suecia, fueron además capaces de simultanear una fuerte productividad con unas altas tasas de utilización de la mano de obra.

Sin embargo, la UE en su conjunto se ha mostrado incapaz de invertir la tendencia a la baja del aumento de la productividad a largo plazo, mientras que los Estados Unidos han registrado una significativa recuperación de la tendencia de esta variable. De hecho, la UE ha logrado un notable incremento de la contribución de su mano de obra al crecimiento, junto con reducciones igualmente notables de la contribución de la productividad. No obstante, esto no implica una contraposición de objetivos económicos, ya que el fomento de las tasas de empleo llevando al empleo a los trabajadores de bajas cualificaciones sólo lleva a una reducción temporal del aumento de la productividad, sin afectar al aumento de la productividad a largo plazo de la mano de obra existente.

La mitad de la reducción de un punto porcentual del aumento de la productividad del trabajo registrada en los años noventa en la UE procede del deterioro de la productividad total de los factores, lo que probablemente deberá constituir el mayor motivo de preocupación para los responsables políticos. Las mejoras de la productividad total de los factores se atribuyen generalmente a una utilización más eficiente de recursos como consecuencia de una mayor eficiencia del mercado, del progreso tecnológico resultante de la inversión en capital humano, investigación y desarrollo y tecnologías de la información, o del proceso natural de aproximación de los países menos desarrollados de la UE por medio de un aumento de la inversión de las empresas en general.

Como factor positivo hay que señalar que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han contribuido positivamente al crecimiento. Al igual que en los Estados Unidos, las TIC también han contribuido al aumento de la intensidad de capital y a la productividad total de los factores en la UE (aunque en los Estados Unidos los aumentos han sido mayores). Por lo tanto, el origen del deterioro de la productividad de la UE durante los años noventa se encuentra en la evolución de los sectores más tradicionales no relacionados con las TIC, incluidos los servicios. De las 56 industrias analizadas, el aumento de la productividad del trabajo parece estar determinado principalmente por sólo cinco de ellas. Estas cinco son industrias que crean TIC o realizan una utilización intensiva de estas tecnologías.

Un análisis basado en modelos muestra que los diferenciales de productividad entre la UE y los Estados Unidos se deben, en realidad, a algunas diferencias estructurales fundamentales a nivel nacional. En el contexto de la UE se han determinado cinco áreas pertinentes e importantes desde el punto de vista cuantitativo, a saber, el nivel de reglamentación, la estructura de los mercados financieros, el grado de integración del mercado de productos, el volumen de la inversión en conocimiento y el envejecimiento de la población.

Educación, formación y crecimiento

La educación ha sido un importante factor de crecimiento económico; las estimaciones empíricas indican que puede haber llegado a representar de 0,3 a 0,5 puntos porcentuales de crecimiento anual del PIB. Una mayor eficiencia en la utilización de recursos aumentaría la tasa de rentabilidad de la inversión en educación. Por ejemplo, en lo que se refiere a la enseñanza superior, la elevada tasa de abandono y la frecuente duración excesiva de los estudios representan cierto número de años pasados fuera del mercado de trabajo que no se han traducido en unos mayores logros académicos. Por ello, podría estar justificado ampliar el acceso a la educación preescolar o aumentar la participación en el segundo ciclo de enseñanza secundaria, especialmente dado que estas inversiones proporcionan beneficios económicos duraderos.

Teniendo en cuenta que la participación en el segundo ciclo de enseñanza secundaria y en la enseñanza superior no puede aumentar indefinidamente, es probable que la formación de adultos ofrezca las mayores posibilidades para aumentar los logros académicos a largo plazo. El aprendizaje permanente también podría ayudar a los trabajadores a permanecer más tiempo en el mercado de trabajo. La experiencia indica que habrá que diseñar y evaluar mucho más detenidamente que en el pasado los incentivos tributarios, las subvenciones y los sistemas de cofinanciación encaminados a fomentar la formación.

Flexibilidad de los salarios e interdependencias salariales en la UEM

Se acepta generalmente que los mecanismos de formación de los salarios en Europa se caracterizan por un alto grado de rigidez y una baja capacidad de ajuste a las perturbaciones. Considerando la evolución actual, como factor positivo puede señalarse que se ha preservado la disciplina salarial global y se han evitado los riesgos de que la excesiva inflación lleve a unos amplios efectos secundarios sobre los salarios. Como factor negativo, cabe indicar que, con un aumento de los salarios nominales invariado respecto de la situación cíclica, la disminución del aumento de la productividad del trabajo se ha traducido en incrementos significativos de los costes laborales unitarios nominales en 2001 y en 2002. Por ello, hasta la fecha la flexibilidad de los salarios ha proporcionado poco o ningún apoyo a la esperada recuperación cíclica. Sin embargo, en consonancia con los resultados de otros estudios, el análisis econométrico indica que la persistencia de la inflación de salarios en la zona del euro no es superior a la observada en Estados Unidos.

Para lograrse la convergencia de los salarios y de los costes laborales unitarios no se ha esperado a la realización del mercado interior, y mucho menos de la UEM. Los datos sectoriales disponibles indican que la convergencia fue, de hecho, mayor en los años ochenta que en los años noventa. Una mayor integración del mercado de productos y la mayor interdependencia en la fijación de salarios entre países pueden afectar a la forma en que se asimilan y transmiten las perturbaciones en la UEM. Las simulaciones realizadas con la ayuda de modelos indican que esto depende en parte de la naturaleza de las perturbaciones.

Una mayor interdependencia de los salarios no lleva a importantes diferencias en la asimilación de las perturbaciones de la oferta; sin embargo, implica un ajuste más prolongado a las perturbaciones de la demanda. Las simulaciones muestran que el proceso de ajuste de la producción dura aproximadamente un año si existen interdependencias salariales.

Flujos de capital internacionales

Numerosas economías emergentes liberalizaron sus flujos de capital en los años noventa, al mismo tiempo que mantuvieron unas débiles instituciones financieras y prosiguieron la aplicación de políticas macroeconómicas y financieras que resultaron incompatibles con la estabilidad del tipo de cambio. En particular, en el ámbito del desarrollo y supervisión del sector financiero existen diferencias notables entre los países en vías de adhesión y muchas otras economías emergentes. Los países en vías de adhesión han aplicado gradualmente el acervo de la UE en materia de reglamentación y supervisión y han abierto sus mercados a la propiedad extranjera a gran escala. Con unas instituciones financieras sólidas y aplicando políticas macroeconómicas y financieras adecuadas, los países en vías de adhesión pueden evitar las experiencias negativas de otras regiones, sentando así las condiciones previas para una fuerte convergencia real en un marco de estabilidad financiera.

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