La ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, asistió en Vinaroz al inicio de las obras del trasvase del Bajo Ebro en la provincia de Castellón. En concreto, han comenzado los trabajos entre la Balsa de Ulldecona –a unos tres kilómetros del límite con Tarragona- y las inmediaciones del acueducto del río Cervol.
A este tramo se suman otros cuatro ya en marcha –tres con obras iniciadas y uno pendiente de adjudicación- que, en conjunto, representan el 7% del total de los 914 kilómetros de la infraestructura del trasvase.
La ministra, que estuvo acompañada por el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, subrayó la importancia de esta infraestructura autorizada por la Ley del Plan Hidrológico Nacional, que “solucionará el déficit hídrico que padecen las comunidades autónomas del arco mediterráneo español y en ningún caso perjudicará a nadie”. Además, recordó que esta infraestructura, cuya inversión supera los 4.207 millones de euros, apenas alterará el entorno por el que discurre, ya que aprovecha en la mitad de su recorrido corredores ya existentes.
ACABAR CON LA FALTA DE AGUA
El trasvase del Bajo Ebro es una de las actuaciones más importantes recogidas en la Ley del Plan Hidrológico Nacional, aprobada por mayoría parlamentaria en julio de 2001. Esta infraestructura llevará parte de los excedentes del río Ebro en su desembocadura –hasta 1.050 hm3 anuales- hacia el entorno metropolitano de Barcelona y las cuencas hidrográficas del Júcar, Segura y Sur, en Almería, con el fin de paliar el déficit hídrico que sufren estas zonas.
Antes, se han optimizado los recursos disponibles en estas regiones, mediante procedimientos de reutilización, modernización y ahorro en los regadíos, uso de aguas subterráneas o desalación, esta última como medida complementaria. Con estas actuaciones de gestión racional, el déficit estructural que sufre el Mediterráneo, cifrado en unos 2.200 hm3, se reduce a 1.050, que es la cantidad prevista en las transferencias autorizadas por la Ley del PHN.
Las aguas trasvasadas, que en un 45% se destinarán a abastecimiento urbano y en un 55% a regadíos infradotados ya existentes y recarga de acuíferos sobreexplotados, se distribuirán del siguiente modo: hasta 190 hm3 garantizarán el abastecimiento del área metropolitana de Barcelona; 315 hm3 irán al Júcar; 450 hm3 llegarán a zonas de la cuenca del Segura; y 95 hm3 será para Almería.
UN TRAZADO CON EL MÍNIMO IMPACTO
Todo el trazado del trasvase del Bajo Ebro ha sido concebido con las máximas cautelas, incluyendo la componente medioambiental en la toma de decisiones. Así, la mitad de su recorrido utiliza corredores e infraestructuras ya existentes, con lo que el posible impacto sobre el entorno se reduce al mínimo, y la zona protegida afectada es de sólo un 0,4 por ciento, es decir apenas 3,3 kilómetros de los casi mil de trazado.
Además, para que la afección sea prácticamente inexistente, la Declaración de Impacto Ambiental incluye hasta 210 medidas diferentes: un plan de vigilancia ambiental, la protección de espacios de la Red Natura 2000 y de especies como el águila perdicera o la tortuga mora; la instalación de pasos de fauna en todos los tramos; o la colocación de barreras para evitar la traslocación de especies.
El trazado proyectado transcurre a través de 332 kilómetros de canales, 96 km de túneles, 391 kilómetros de tuberías, 83 km de sifones y 12 km de acueductos y se completa con la construcción de 21 balsas, 69 almenaras y un embalse de 100 hectómetros cúbicos en Azorín (Alicante), infraestructuras todas que permitirán regular el caudal del agua trasvasada.
PROTEGER AL GALÁPAGO LEPROSO
El tramo en el que se han iniciado los trabajos, cuyo presupuesto de adjudicación asciende a 10,6 millones de euros, está diseñado en forma de canal a cielo abierto, de 4,1 kilómetros de longitud y con capacidad para transportar 50 metros cúbicos por segundo.
Tiene su inicio a unos 3 kilómetros del límite provincial entre Castellón y Tarragona, aguas abajo de la obra de entrega de la balsa de Ulldecona, proyectada dentro del esquema de regulación general del canal, y unos 50 metros antes del cruce con la carretera autonómica CV-11. Para salvar la rambla de La Barbiguera, su cruce se ha resuelto mediante un sifón de 95 metros, formado por 2 tuberías de 3,3 metros de acero helicosoldado.
En este tramo, se ha realizado una adecuada planificación de obras, de manera que éstas no afecten a la tortuga o galápago leproso, Mauremys Leprosa, presente en la zona, durante los meses de marzo a junio, época de cría de esta especie protegida
MMA