Sus dimensiones reducidas permiten su traslado en cualquier barco y puede funcionar 24 horas gracias a una bomba y un motor hidráulico con un «sencillo mecanismo».
De este modo, un barco que se encuentre en alta mar puede recolectar un litro de chapapote por segundo por cada máquina, que podría llevar integrada, e introducirse en sacos de rafia para transportarlo, evitando su vertido al mar, ha indicado Barranco.
«Un barco pequeño puede llevar aparatos de estos, de modo que su fuente de energía sea la del propio barco, conducidos por unos tubos», ha explicado su propulsor, quien cree que el beneficio del invento «es muy grande» en comparación con los daños medioambientales y económicos que los vertidos causan.
A su juicio, desastres como el del Prestige, en tierras gallegas en 2002, «se podrían haber evitado» con una maquinaria de este tipo, ya que la técnica que se usó era manual, y dejar que los vertidos llegaran a las costas.
Barranco ha indicado que actualmente ninguna empresa se ha interesado en comercializar el producto, que él «sólo» ha inventado porque tratar de situarlo en el mercado y fabricarlo «supondrían unos costes, y yo quiero terminar aquí», ha dicho.
El objetivo que persigue es facilitar la limpieza en caso de accidentes como los ocurridos recientemente en Dailan (China) y en el Golfo de México, donde se ha producido el mayor vertido accidental de la historia.
Pero además, la máquina también puede utilizarse en la recolección de medusas en alta mar, de modo que las capta y las destroza para luego volver al mar trituradas como alimentos para otros peces o pueden ser envasadas.
Este escultor granadino ya ha desarrollado también otros inventos como bolsas autoflotantes, un sistema para evitar que la humedad relativa del aire interfiriera en la tensión de los lienzos o una placa solar flexible y ha manifestado que trabaja en otro producto que no sabe si dará a conocer.
Efe