La anguila, animal tan característico de la Albufera valenciana, viaja desde las costas europeas cruzando el Atlántico hasta el mar de los Sargazos, frente a las costas del Caribe para su reproducción. Durante este viaje que oscila entre 4.000 y 6.000 kilómetros en función del origen de la anguila, los animales sufren una serie de cambios biológicos. Dichos cambios tienen su punto culminante en la llegada a las costas caribeñas donde se produce el desove y la fecundación. Una vez los huevos han sido fecundados, las angulas recién nacidas reproducen el viaje en sentido inverso hasta las costas de Europa y el Norte de África para crecer y engordar en los ríos.
Según los coordinadores del equipo investigador, Miguel Jover y Juan F. Asturiano, “nuestro trabajo trata de reproducir precisamente los cambios que sufren las anguilas en ese largo viaje para lograr que se reproduzcan en cautividad”.
Hasta ahora han conseguido obtener esperma de los machos y congelarlo para dedicarse en exclusiva al estudio de las anguilas hembra. En este sentido, ambos profesores confirman que también ha habido avances. “Hemos conseguido que las hembras pongan huevos y fertilizar estos con el esperma de los machos. Se forma así un embrión que empieza su desarrollo. Sin embargo a las pocas horas, los embriones mueren sin que lleguemos a obtener las angulas”.
Según ambos profesores, la hipótesis más plausible se centra en que las anguilas de la Albufera, que se pescan cuando tienen entre 15 y 20 años “se han desarrollado en aguas que acumulan muchos contaminantes. Estas sustancias se acumulan en la grasa de las hembras adultas sin efectos muy nocivos, pero cuando tienen que reproducirse son perjudiciales para los embriones, del mismo modo que sustancias que no perjudican a una mujer, sí pueden ser nocivas cuando ésta está embarazada”.
Beneficios:
Los beneficios que la reproducción en cautividad de la anguila puede tener son innumerables. Para Miguel Jover y Juan F. Asturiano “el descenso de las poblaciones de anguilas por las capturas, tanto para engorde como para su consumo como angula, hace peligrar la especie, por lo que el interés de una reproducción en cautividad permitiría mantener la industria sin esquilmar los ríos y los mares, e incluso podría beneficiar a los pescadores gracias a repoblaciones realizadas con ejemplares de esta especie”. Además, según ambos profesores, “desde hace años los pescadores temen una directiva europea que, como en el caso de la anchoa impida su pesca, por lo que también afectaría a las empresas de engorde de la anguila que no tendrían alevines para el engorde y venta posterior”
Actualmente, la industria de la anguila se concentra en la industria de engorde, que compra las angulas para su crianza y venta posterior para su consumo como anguila. Dicha industria es abastecida por los pescadores que ubican sus redes en la entrada a los ríos para capturar a las angulas en su viaje de vuelta hacia los ríos. El problema, según ambos profesores es que “también se captura a las anguilas adultas que abandonan los ríos en su viaje hacia el mar para comenzar su viaje hacia la reproducción, por lo que se impide que se reproduzcan.
UPV