Expertos del grupo de investigación Química Analítica de Contaminantes de la UAL, definen un nuevo traje de protección individual para la aplicación de productos sanitarios en el modelo de agricultura almeriense que se traduce en una prenda con propiedades mixtas –confeccionado con un material impermeable y otro transpirable–.
A esta conclusión se llegó tras observar que la mayoría de las guías de prevención de riesgos labores son efectuadas por especialistas del norte de Europa, donde las condiciones climáticas difieren demasiado con las presentes en estas latitudes o en el interior de un invernadero. Dicho estudio has sido posible gracias a la financiación, de 12.000 euros, de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía.
Para evaluar el grado de protección de cada equipo en relación al confort aportado al trabajador por el mismo, los investigadores de la UAL, dirigidos por Francisco Egea González, utilizaron una prenda de algodón −que simulaba la piel del operario− debajo del traje a evaluar.
Asimismo, se incluyeron como variables la absorción acontecida en los diferentes segmentos del cuerpo −diferenciando ente brazos, tronco, piernas, muñecas y tobillos−, las características propias de cada cultivo −altura de las matas y densidad foliar− y el análisis de los fluidos biológicos −orina y sangre− para definir la concentración de contaminante asimilado por el organismo con mayor exactitud.
Impermeable y transpirable
Las conclusiones obtenidas ponen de manifiesto que existe mayor nivel de penetración en los brazos y en las piernas, especialmente en aquellas zonas de presión, como ocurre en los hombros, muñecas y rodillas. Y es que, el movimiento de las articulaciones ejerce una presión sobre el tejido que facilita la penetración del fluido. Sin embargo, en el tronco, aunque la cantidad de plaguicida que recibe es mayor, la penetración es menor, incluyendo los trajes de algodón.
“Basándonos en estos resultados, propusimos que los brazos y las piernas estén protegidos mediante un material impermeable. Mientras que el resto de zonas corporales, como el tronco, se pueden liberar mediante un material más transpirable. La finalidad principal reside en evitar otros riesgos de mayores consecuencias, por ejemplo, el estrés térmico”, asegura Francisco Javier Egea González.
Por otro lado, se contempló el tiempo exposición. En palabras de Egea González; “cuando se utilice una prenda mixta, y se trate de tareas muy dilatadas en el tiempo, el trabajador debe cambiarse de traje al transcurrir un determinado tiempo, a partir del cual se estima una protección nula”.
El diseño de un traje mixto para la aplicación de fitosanitarios en el interior de invernaderos, o en climas cálidos, fue presentada en la 30ª edición del Congreso Internacional “Seguridad y Salud Laboral”, celebrado bianualmente en Alemania, donde numerosos fabricantes de EPIs mostraron un gran interés en su explotación comercial.
Recientemente, los investigadores de la UAL, en colaboración con distintas empresas, han solicitado un proyecto europeo para profundizar en los diferentes tipos de fibras y proponer nuevos trajes de protección individual, de carácter mixto y homologado, destinados a la aplicación de plaguicidas en medios y climas cálidos y/o húmedos.
Universidad de Almería