Las nuevas rejillas filtran el pescado pequeño, dejándolo escapar, y dirigen al mismo tiempo el pescado grande hacia el saco de la red. Este sistema, que permite una supervivencia mucho mayor del pescado pequeño, podría favorecer una explotación sostenible en la pesca de arrastre, ya que entre el 50% y el 70% de los juveniles y de los ejemplares de tallas ilegales de las especies comerciales escapan con la utilización de las rejillas.
Recientemente se han probado en aguas de Vilanova estas rejillas separadoras de pescado pequeño en redes de arrastre de fondo. El objetivo era estudiar el porcentaje de alevines que escapan a la captura y que más tarde pasarán a ser captura legal.
Muchas especies del Mediterráneo sufren sobreexplotación de crecimiento, es decir, que la captura recae en gran medida sobre juveniles y alevines, impidiendo la obtención de mayores capturas a corto y medio plazo. Por otro lado, cada vez se explota un producto de menor calidad. Todo ello provoca una pérdida de ingresos y, además, se está promoviendo una pesquería insostenible.
Los diversos tipos de rejillas probadas filtran el pescado pequeño, dejándolo escapar, y dirigen al mismo tiempo el pescado grande hacia el saco de la red. Este sistema tiene la ventaja, sobre la regulación por el tamaño de la malla, de que el pez se enreda mucho menos en la red y su supervivencia después del escape es mucho mayor, tal como han demostrado las filmaciones obtenidas durante la experiencia.
Para llevar a cabo el experimento se utilizaron dos redes gemelas exactamente iguales que trabajan de forma paralela, así una de ellas servía de testigo, mientras que en la otra se colocaron las rejillas. Este sistema, que no es novedoso en Europa y hacia el cual tenderán a dirigirse las regulaciones de pesca futura, se ha aplicado por primera vez en el Mediterráneo español adaptado a las especies que aquí se capturan. Este estudio ha requerido la participación de empresas, científicos, técnicos y pescadores trabajando con objetivos comunes.
Se diseñaron varios tipos de rejillas separadoras de pescado pequeño para comprobar cuál se adaptaba mejor al tipo de pesca de nuestra región. Una cámara digital de vídeo, diseñada en el Centro Tecnológico de la UPC (Universidad Politécnica de Catalunya) en Vilanova, reproducía las imágenes del comportamiento de los peces en la red y frente a la rejilla. La cámara se sumergía dentro de cilindros estancos adosados a la red y enfocando las rejillas.
Aunque todavía no se tienen los resultados definitivos, el investigador principal de este proyecto, Francesc Sardà, del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, nos adelanta que “el experimento ha sido un éxito y al menos entre el 50% y el 70% de los juveniles y de tallas ilegales de las especies comerciales (merluza, bacaladilla, brótola y jurel, entre otros) escapan con la utilización de las rejillas”.
Es evidente que el sector pesquero ha de modernizarse día a día, incorporando nuevas tecnologías. Esta experiencia demuestra que es indispensable que científicos, pescadores, administradores y empresarios trabajen conjuntamente, no sólo para mejorar el sector, sino para incluir al mismo tiempo, sin dilación, aquellos sistemas de regulación técnica y estratégica que permitan una pesca responsable y sostenible.
CSIC