Esta herramienta, que está siendo utilizada en fase de prueba permite, mediante una simple consulta, conocer al instante el estado ecológico de las masas de agua de demarcaciones hidrográfica españolas. Este estado ecológico se mide, según la Directiva Marco del Agua, en función del grado de desviación respecto a unas condiciones de referencia, que representan la mejor condición disponible, tanto física, como química, acercándose al estado natural que permite que se desarrollen las comunidades biológicas propias de los ecosistemas.
La aplicación mide, en cada momento, la diferencia entre los valores esperados en un determinado punto del cauce que se toma como referencia y los valores observados. “Esto implica que con un solo clic de ratón podemos predecir qué macroinvertebrados deberían vivir en un determinado lugar, según los valores de referencia que se estiman de buen estado ecológico y de las especies que realmente existen en ese lugar”, explica el responsable del proyecto, Javier Alba Tercedor.
De esta forma, una vez realizada la consulta, un determinado punto se clasifica según los valores en uno de los cinco niveles de del estado ecológico establecidos por la Directiva Marco del Agua: Muy Bueno, Bueno, Moderado, DeficienteyMalo.
Para elaborar esta información, los expertos del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Granada han identificado lugares que sirvan de referencia por su estado ecológico, es decir, que no estén afectados por la contaminación. En estos enclaves, han establecido estaciones de muestreo no perturbadas por la actividad humana, y definidas por atributos físicos, químicos y biológicos seleccionados, como condición representativa de un área determinada.
A continuación, se realiza un muestreo en estos lugares, donde se miden parámetros como la concentración de minerales, la pertenencia a una cuenca forestada o de usos agrícolas, así como la latitud y longitud del enclave, entre otros. La aplicación informática relaciona todas estas variables y predice qué especies deberían vivir en ese punto. Por ello, cuando existe una desviación de esos valores de referencia, el sistema lo detecta al instante. “Por ejemplo, la aplicación alerta sobre la existencia de un vertido sin necesidad de análisis químicos de las aguas. Al aparecer el agente contaminante, el sistema no detecta ciertos macroinvertebrados, ya que han desaparecido y registra otros que se han establecido en ese hábitat. Se produce, por tanto un cambio en las comunidades”, matiza Alba Tercedor.
De esta forma, los usuarios finales (confederaciones hidrográficas, agencias medioambientales y, en general, los agentes implicados en la gestión ambiental del agua) podrán conocer el estado ecológico de los ríos ibéricos españoles y en los casos en que fuese necesario diseñar y aplicar programas de restauración, gestión y control.
Innova Press