Según se desprende de un estudio del Instituto de Servicios para los Mercados Agroalimentarios (ISMEA), sobre la potencialidad de la estructura productiva de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), las DOP, en el sector del aceite de oliva en Italia, están en condiciones de ofrecer al mercado una importantísima cantidad de aceite, con posibilidades de ser certificado como tal.
En base a las estimaciones realizadas, la producción de virgen extra, disponible para la certificación, se eleva a unas 116.000 toneladas, equivalentes al 30% de la producción total de las DOP-IGP, y al 18% de la producción nacional. El informe revela asimismo que, en realidad, la cuota de aceite efectivamente comercializado como DOP-IGP en la última campaña, cubre solo el 4,4% de dicha cantidad, a pesar de que las ventas han experimentado aumentos constantes en los últimos años, con precios netamente superiores a los del aceite virgen extra de base. En la campaña de comercialización 2002-2003 el aceite virgen extra con DOP representaba el 2,5%, en valor, de las ventas totales del virgen extra, pasando de 9,9 millones de euros en 2001 a 15,8 millones en 2003, con un incremento aproximado del 58%.
Para los analistas de ISMEA, Italia con 29 DOP y 1 IG es el país con mayor número de denominaciones de origen en el sector del aceite de oliva a nivel comunitario y esta realidad representa, en un mercado aún demasiado confuso, un camino preferencial para explicar a los consumidores el inmenso patrimonio de la olivicultura italiana. El aumento de la demanda y consumo que se registra de estos productos es asimismo signo evidente de la evolución cultural de los consumidores y del impulso y vigor de la empresa oleícola italiana para ofrecer al mercado productos de calidad certificada y garantizada
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