Esta contribución japonesa permitirá a la FAO ofrecer experiencia técnica, equipos básicos de emergencia, y materiales para la investigación sobre la enfermedad, las operaciones de sacrificio, y la limpieza y desinfección de instalaciones contaminadas.
Japón servirá de apoyo a la coordinación de las actividades de control de la enfermedad.
Los principales beneficiarios de la ayuda serán los pequeños y medianos productores avícolas, los minoristas y los consumidores.
La FAO, por su parte, ya ha desembolsado 5,5 millones de dólares para poner en marcha numerosos proyectos de emergencia destinados a controlar el avance de la influenza aviar en Asia.
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