La alimentación deja de ocupar el primer puesto en el consumo privado

La Directora General del Salud Pública y Consumo, María Dolores Flores Cerdán, ha presentado el libro "La Estructura del Consumo en España", un análisis del gasto privado del consumo y de sus características y una aproximación a cuáles serán previsiblemente sus tendencias evolutivas en los próximos años.

La obra, editada por el Instituto Nacional del Consumo, del Ministerio de Sanidad y Consumo, revela una variación radical en el cambio de la estructura del gasto de consumo, referida fundamentalmente al cambio de los hábitos de consumo y a la tendencia a consumir bienes de importación.

En 1958 los españoles dedicaban más del 80 % de su gasto a la satisfacción de las tres funciones básicas del consumo: alimentación, abrigo y vivienda. En 1996, a estas tres funciones sólo destinaban el 60 % del total.

En cuanto a la tendencia de los consumidores españoles a adquirir bienes importados, queda reflejada en el aumento a más del triple de la importación de productos de consumo a lo largo de la década de los noventa.

DISTRIBUCIÓN

Según este trabajo, llevado a cabo a cabo por Alfonso Rebollo Arévalo, profesor titular de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid, el consumo privado continua siendo el principal factor en la actividad económica española.

Pero aún es más significativa su distribución, ya que la compra de alimentos perdió en 1998 su tradicional primer puesto en importancia dentro de los grupos de gasto (supuso el 19,25 por ciento del total) superado por el 26,9 por ciento dedicado a la vivienda y sus suministros (agua, gas, electricidad, etc.) .

Otro dato destacable es el creciente peso del gasto en servicios frente al realizado en adquisición de bienes. Un ejemplo expresivo es que el gasto en servicios de alimentación supuso, en el mismo año 1998, más del 40 % del empleado en la compra de bienes de alimentación destinados a ser consumidos en el hogar.

CRECIMIENTO

En cuanto a la evolución más reciente, tomando como base el decenio 1986-1996, en el trabajo se distinguen tres velocidades de crecimiento (lento, medio y rápido) del volumen de consumo dentro de los grupos de gasto.

Los productos de crecimiento lento comprenden prácticamente todos los de alimentación. Las excepción a esta tendencia viene representada por la evolución del gasto en conservas y bebidas no alcohólicas que han crecido rápidamente.

También el vestido y el calzado son de crecimiento lento aunque ambos, sobre todo el calzado, presentan índices significativamente mayores que los gastos en alimentación,

Entre los productos de crecimiento medio se encuentran los gastos en vivienda, los alquileres, el mobiliario y textiles del hogar, y los correspondientes al mantenimiento corriente de la vivienda, accesorios, menaje, etc.

De crecimiento rápido son los gastos destinados a restaurantes, cafés y hoteles (comidas fuera de casa); aparatos de calefacción, cocina y grandes electrodomésticos; esparcimiento, espectáculos, enseñanza y cultura; los gastos médicos casi en su totalidad, especialmente en medicamentos y otros productos farmacéuticos; y, finalmente, el gasto en transportes y comunicaciones.

CONVERGENCIA

Según el estudio, tanto los hábitos de consumo como el volumen de gasto tienden a aproximarse, independientemente de los niveles de ingresos de los individuos. Esta convergencia, que es más evidente a partir de los años ochenta, se observa en que los grupos de menor renta han incrementado su gasto en consumo a medida que se incrementaban sus ingresos, mientras que los grupos de renta más elevada los han disminuido, aunque ha aparecido un elemento claramente diferenciador de estos últimos que es el mayor gasto en productos financieros.

Ministerio de Sanidad y Consumo

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