La amenaza del arsénico en el arroz

Los estudios han demostrado que las altas concentraciones de arsénico en el suelo y las aguas de riego conducen a menudo a niveles elevados de arsénico en los cultivos y suponen un riesgo elevado para la inocuidad de los alimentos. Actualmente, doce países asiáticos han informado de elevados niveles de arsénico en sus acuíferos subterráneos.

“El problema de los altos niveles de arsénico en los cultivos, en especial el arroz, necesita ser abordado urgentemente fomentando mejores prácticas agrícolas y de riego que podrían reducir significativamente la contaminación de arsénico”, dijo Sasha Koo-Oshima, experto de calidad del agua y medio ambiente de la FAO.

”El arroz contaminado con arsénico puede afectar negativamente a la salud humana cuando se consume junto con agua potable con una elevada concentración de este elemento. La adición generalizada de arsénico a los suelos, como sucede en Bangladesh, está deteriorando su calidad y provocando la toxicidad del arroz. La contaminación por arsénico amenaza la producción, calidad y seguridad alimentaria,” añadió Koo-Oshima.

Introducirse en la cadena alimentaria

El arsénico entra en la cadena alimentaria principalmente a través de la absorción de agua de riego contaminada por los cultivos. Por toda Asia se han perforado millones de pozos entubados poco profundos durante las tres últimas décadas para bombear agua desde acuíferos subterráneos contaminados a escasa profundidad.

La contaminación tiene su origen en sedimentos ricos en arsénico de los ríos Ganges y Brahmaputra que se filtran en el agua subterránea bombeada a la superficie por millones de pozos.

Bangladesh tiene el porcentaje más elevado de pozos entubados contaminados y cerca de 30 millones de personas dependen de esos pozos para el riego y el agua potable. De los 4 millones de hectáreas de superficie irrigada, 2,4 millones de hectáreas se riegan con cerca de 900 000 pozos entubados de poca profundidad. Alrededor de un 95 por ciento del agua subterránea extraída se destina para el riego.

Se calcula que el bombeo de agua para el riego desde los acuíferos poco profundos añade un millón de kilogramos de arsénico por año a las tierras de cultivo en Bangladesh, principalmente en los arrozales. El arroz es el alimento básico en este país asiático y es consumido en abundancia.

Lechos elevados

Según un estudio piloto sobre el terreno en Bangladesh dirigido por la FAO y la Universidad de Cornell, la plantación de arroz en lechos elevados unos 15 centímetros por encima del suelo y no en parcelas convencionales inundadas contrarrestó las pérdidas de rendimiento y dio como resultado menores niveles de arsénico en los cultivos y el suelo. Además, los arrozales elevados ofrecen protección contra las inundaciones y sequías y sirven como forma de adaptación climática.

“Los lechos elevados están reduciendo significativamente la exposición de las plantas de arroz a las aguas de riego contaminadas y están produciendo mayores cosechas”, subrayó Sasha Koo-Oshima.

Un proyecto relacionado de la Universidad de Cornell demostró que se necesita entre un 30 y un 40 por ciento menos de agua de riego en un sistema de lechos elevados. Los fertilizantes también son mejor absorbidos, y en consecuencia los agricultores necesitarán menor cantidad. El sistema de lechos elevados representa un cambio importante en la producción de arroz, pero las pruebas indican que los agricultores prefieren este nuevo enfoque debido al rendimiento visiblemente más elevado, ahorro del agua, menores costes de cultivo y labranza y la obtención de cultivos más inocuos.

Identificar y seleccionar las zonas rurales más afectadas por la contaminación de arsénico y desarrollar y extender el sistema de lechos elevados tendría que convertirse en una prioridad fundamental para reducir el riesgo de contaminación de arsénico sobre la salud humana y en la seguridad y producción alimentaria, según Koo-Oshima.

FAO

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