La ampliación de la UE a 25 abre un mercado potencial, pero también trae más competencia

Nota de COAG

Las negociaciones de Adhesión concluyeron en el Consejo Europeo de Copenhague del 12 y 13 de diciembre de 2002 y, posteriormente, se firmó el Tratado de Adhesión en Atenas el 16 de abril de 2003. Se trata de la mayor ampliación de la historia de la Unión Europea; de los trece países candidatos a la adhesión, Polonia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Estonia, Eslovaquia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta lo harán en los próximos días, mientras que Bulgaria y Rumanía lo harán en el 2007, Turquía aún no ha iniciado el proceso de adhesión.

Estos 10 países poseen unas características físicas y climatológicas muy homogéneas, excepto Chipre y Malta, con condiciones naturales que no hacen posible el cultivo de producciones mediterráneas. La superficie agraria útil de estos diez países representa el 28,5% de la UE de los 15, representando Polonia, Hungría y República Checa, el 74% del total de superficie agraria útil de los nuevos miembros. El total de superficie agraria útil, tras la incorporación, será de 168,5 millones de hectáreas, un 22% más que en la Europa de los quince.

Para COAG, en principio no se prevén problemas a corto plazo para la agricultura mediterránea española, es más, se añaden un total de 75 millones de consumidores potenciales y todas las oportunidades de mercado que se ofrecen. En la UE-25 el 16,4% de la población residirá en los 10 nuevos socios, mientras que en términos reales el peso de su economía se limita al 3,7% del PIB comunitario. Sí plantearán problemas cuando desarrollen su potencial productivo de carne de porcino, de vacuno, de ave, forrajes, patata, colza y remolacha azucarera en países como Polonia, Hungría y República Checa, que concentran más de la mitad de la población y de la actividad económica de los nuevos miembros de la UE.

Ganadería

Los sectores ganaderos tienen una gran importancia en muchos de los nuevos Estados Miembros, ocupando un porcentaje importante en la producción final agraria, siendo la producción porcina y la de ganado de vacuno, tanto de carne como de leche, los sectores más relevantes por su volumen y por la repercusión que pueden tener sobre la economía española.

Según cálculos de COAG, el censo de ganado porcino aumentará en la Unión Europea en un 20%, siendo los principales productores Polonia y Hungría. Polonia se convertirá en una de las cuatro principales potencias europeas en el sector, asumiendo evidentemente una serie de cambios estructurales muy importantes para adaptarse a la nueva situación, ya que se tratan de explotaciones muy pequeñas orientadas al autoconsumo, y también de grandes explotaciones en condiciones de equipamiento y manejo anticuados.

El caso de la producción de vacuno de carne y de leche plantea diferencias con respecto a producciones como el porcino o las aves. Por el número de animales con derecho a prima, y por la existencia de cuotas de producción como factor limitantes para el crecimiento. El censo de ganado vacuno aumentará un 12%.

En líneas generales, los sectores ganaderos van a tener su influencia dentro de la ganadería europea. Tendrán que enfrentarse a restos como la modernización de sus explotaciones y su estructura productiva, adecuar toda su industria transformadora, mataderos, fábricas de alimentos, etc. En determinadas producciones, los incrementos rondarán el 20% del total existente antes de la ampliación, mientras que en otros casos el impacto será muy poco significativo.

Junto a esto, no se puede olvidar la adaptación de los nuevos Estados Miembros a la política de seguridad alimentaria de la UE, teniendo que ser capaces de garantizar que los productos que entran a través de sus fronteras y aquellos que se produzcan en su territorio cuenten con todas las garantías sanitarias exigibles actualmente a la UE, que es la cadena agroalimentaria más segura del mundo.

Otro aspecto a considerar es que los países de la ampliación accederán a los fondos comunitarios destinados a favorecer la convergencia hacia los países de la UE-15, unos flujos de transferencias que podrán implicar una reducción de ayudas para los países que actualmente reciben dichos fondos, como es el caso de regiones como Murcia, que dejará de ser Objetivo 1. Por el contrario, desde COAG entendemos que también puede ser la oportunidad para que empresas españolas participen en proyectos de inversión en estos países, aspecto en el que colaboraremos.

COAG Murcia

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