¿De dónde proviene la madera que se consume en España?
El 66% procede de países que garantizan la sostenibilidad de sus bosques (51% de la Unión Europea y 15% de América del Norte), el 14% de África, el 6% de Rusia, el 4% de China y el 10% de América del Sur.
AEIM no es ajena a la polémica que surge en torno al aprovechamiento de la madera y a la consiguiente deforestación de los bosques tropicales. Sin embargo, según la FAO, es la agricultura y la ganadería, así como la obtención de leña para calentarse y para cocinar en las comunidades más pobres, las principales causas de la deforestación, antes que la tala abusiva.
En cualquier caso, AEIM reconoce el grave problema de las talas abusivas, y trabaja seriamente para erradicar esta mala acción. Así, los asociados de AEIM se guían por un código de buenas prácticas, adoptado en 2005, donde se comprometen a respetar tres principios en su política de compras. Estos principios son: legalidad del aprovechamiento de donde obtienen la madera; gestión sostenible de dicho aprovechamiento; y, por último, certificación de la madera como herramienta de comunicación.
Madera certificada
AEIM apoya la certificación forestal porque representa un valor añadido y es una garantía de legalidad y de sostenibilidad. La certificación forestal se obtiene cuando el bosque suministrador de madera demuestra que está sometido a una gestión forestal sostenible.
Además, la madera ha de completar una cadena de custodia. Entendemos por cadena de custodia el proceso a través del cual una entidad independiente y acreditada verifica que un producto derivado de la madera guarda la trazabilidad de sus características de origen, desde su aprovechamiento hasta el consumidor final.
”Creemos en la certificación y, en consecuencia, los almacenes hacemos un esfuerzo importante para trabajar con esta clase de madera”, aseguró Ramón Gabarró, presidente de AEIM y propietario del almacén ‘Gabarró Hermanos, S.A’, durante el acto celebrado con los medios de comunicación. En cuanto a su experiencia de importador de madera, Gabarró denunció que ”las peores barbaridades relacionadas con la explotación de los bosques se hacen actualmente en África y Brasil de la mano de los industriales chinos, que se llevan el producto en tronco y no dejan un valor añadido en el país de origen”.
Con respecto a la disponibilidad de madera certificada, la oferta crece lentamente, aunque la demanda lo hace a menor ritmo. ”Es un esfuerzo muy grande trabajar con especies tropicales”, apuntó el presidente de AEIM, que reconoció el trabajo de Brasil para aumentar la superficie boscosa certificada y los avances en algunos países africanos en la misma dirección. De igual modo, habló de las administraciones públicas, uno de los mayores clientes de madera certificada, las cuales, a juicio de Gabarró, utilizan esta madera más por temor que por convicción ambiental. En cualquier caso, Gabarró confirmó que la Administración está exigiendo cada vez más madera certificada, y que en los últimos años se percibe una tendencia positiva. De todos modos, a la hora de efectuar una compra, aún se da más prioridad al precio que al hecho de que esa madera esté certificada.
Guerra de sistemas de certificación
En España operan dos sistemas de certificación: el FSC y el PEFC. Sin embargo, pese a que los dos están reconocidos por la Unión Europea, arrastran un enfrentamiento desde hace varios años. Para AEIM, ”los dos sistemas son exigentes y válidos” y aboga porque ambas organizaciones se reconozcan mutuamente el valor de sus cadenas de custodia certificadas. Para AEIM, ”si los dos sistemas cooperasen redundaría en un aumento de la certificación de los aprovechamientos forestales y de las cadenas de custodia, beneficiando tanto al planeta como al consumidor. Evitarían así la confusión que provoca en el ciudadano este enfrentamiento”. Para AEIM, ”la certificación no avanza porque existe un enorme desconocimiento por parte de los ciudadanos de qué se trata y de lo que ofrece, desprestigiar al otro sistema de certificación crea aún más confusión y menos interés por parte del consumidor”
El FLEGT, un instrumento que puede evitar la deforestación de los bosques tropicales
La Comisión Europea ha elaborado un Plan de Acción para la aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestales, conocido como FLEGT.
El objetivo de dicho plan es asegurar la legalidad del sector forestal, y lograr una gestión sostenible de los bosques. En definitiva, se trata de ayudar a los países productores de madera gracias a los acuerdos voluntarios que alcancen con los países importadores. De este modo, se potencia la gestión forestal, la aplicación de las leyes y se garantiza la legalidad del aprovechamiento. En este sentido, Gabarró aseguró que los asociados de AEIM confían en la documentación que emiten los países productores, pero que el FLEGT proporcionará mayor transparencia.
Por último, el presidente de AEIM recordó que sus asociados están en la vanguardia en cuanto a la certificación de cadenas de custodia, con
26 empresas certificadas. También incidió en la necesidad de fomentar el consumo de madera, pues un metro cúbico de madera absorbe una tonelada de CO2. En este sentido, aseguró que ”la Administración española debería ser quien apostase por la madera como material de construcción y decoración en sus obras públicas”, y aclaró que se trata de una tendencia europea. Cerró su intervención recalcando el compromiso de AEIM con su Código de Buenas Prácticas ”para avanzar en la sostenibilidad y en la defensa del medio natural”.
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