Siempre que otros países de la Organización Mundial del Comercio (OMC), especialmente Estados Unidos y economías emergentes como Brasil, la India y China, también hagan movimientos para poder llegar a un acuerdo.
Mandelson presentó en rueda de prensa las conclusiones a las que llegó el colegio de comisarios durante el debate de cerca de dos horas que celebró esta mañana para analizar «los últimos desarrollos» de la RDD. Éstos provocaron que el director general de la OMC, Pascal Lamy, anulara la reunión ministerial que estaba prevista para la semana que viene en Ginebra ante la ausencia de avances en las negociaciones.
En este escenario, Mandelson se refirió a la segunda mitad de junio como la fecha en la que podrían hacerse nuevos avances en una Ronda que, en cualquier caso, ya no concluirá antes de finales de este año.
El comisario se mostró «bastante preocupado por la posibilidad de alcanzar un acuerdo» e insistió en el mensaje que ha lanzado la UE a sus socios durante los últimos meses, sobre la necesidad de que éstos hagan concesiones a la altura de la oferta agrícola europea del pasado mes de octubre.
Sin embargo, consideró que, con todas sus dificultades, las negociaciones multilaterales de la RDD siguen siendo mejor que los acuerdos bilaterales y aseguró que hará «todo lo posible para conseguir que avance la Ronda», incluido el hecho de que «si los socios presentan sobre el tapete algunas propuestas, la UE estará dispuesta a reforzar nuestra oferta agrícola».
El comisario no quiso dar más detalles de esta eventual flexibilidad de la oferta agrícola, y solo se remitió a declaraciones previas suyas y de la comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, sobre el hecho de que la UE podría «ser más flexible, pero lo que tenemos que ver es que los demás nos ofrezcan algo a cambio».
En este punto, celebró el hecho de que Estados Unidos esté dispuesto a seguir negociando su oferta agrícola y que Brasil se haya movido, al menos, diciendo que «quiere llevar más lejos las negociaciones, pero antes de ofrecer algo para bienes industriales querrían ver la oferta final para agricultura», dijo Mandelson.
El comisario tampoco dejó claro si una posible mayor flexibilidad de la oferta agrícola europea podría darse dentro de los márgenes del mandato que los Estados miembros dieron a la Comisión para negociar o si sería necesario acudir de nuevo a los países de la UE.
Recordó que la Comisión negocia dentro de los límites de un mandato que toma como base la reforma de la Política Agraria Común (PAC), un «margen suficiente» para negociar. A pesar de ello, dijo haberse reunido la semana pasada en París con el primer ministro de Francia, Dominique de Villepin, el Estado miembro que capitaneó el pasado otoño al grupo de los países más reticentes hacia las concesiones que hizo la Comisión en su oferta.
INTERÉS DE LA UE
Insistió en que «a la UE le interesa económicamente concluir con esta Ronda, pero tenemos que sacar beneficios económicos reales» y consideró necesario que al final «tengamos un equilibrio entre lo que se gana y lo que se pierde, una proporción entre países desarrollados y en vías de desarrollo, entre la agricultura y otros sectores y entre lo que están haciendo Estados Unidos y la UE en agricultura»
«La RDD no es sólo un canje mercantilista entre diferentes socios, tampoco puede ser un trato unidireccional en que Europa sea la única que haga concesiones, por eso Europa está dispuesto a dar mucho, incluso más que otros, pero no a dar sin recibir nada a cambio», manifestó Mandelson.
EEUU Y EMERGENTES
Como en ocasiones anteriores, la Comisión liga cualquier eventual movimiento en su oferta agrícola a que otros países den también pasos. Bruselas quiere ver, particularmente, el recorte de ayudas alimentarias que otorga Estados Unidos por medio de su ley agrícola y un mayor acceso al mercado para bienes industriales en países como Brasil, la India o China.
A pesar de que Mandelson consideró que la oferta que presentó Estados Unidos el pasado octubre es «bastante respetable», ésta mantiene el alcance de la ley agrícola aprobada en 2002 y en virtud de la cual Washington ha tenido este año un gasto agrario «sin precedentes».
Indicó que «el gasto comunitario empieza a un nivel superior (que en Estados Unidos), por eso estamos dispuestos a recortar más estos gastos. Pero, a menos que Estados Unidos empiece a intentar recortar las disposiciones de la ley agrícola (Farm Act) de 2002 no podremos avanzar».
Sin embargo, confió en que Estados Unidos también está dispuesto a ser más flexible y, aunque aseguró que «los acuerdos en agricultura entre Estados Unidos y la UE no resolverán la Ronda, sí supondrán un gran paso adelante».
Por otra parte, afirmó que «Brasil, la India, China y otros (países) emergentes tienen que asumir la responsabilidad que tienen en este proceso de negociación» y Mandelson consideró que para que la UE tenga un «sacrificio agrícola real», es necesario «ver alternativas económicas que estén creando a cambio de ellas», también en estos países.
ASAJA