Así, y de acuerdo con el estudio de AVA-ASAJA basado en las propias cotizaciones oficiales que publica el Ministerio de Medio Rural, los precios en el campo no llegaron –en el caso de las naranjas– a cubrir siquiera el desembolso necesario para cultivarlas durante casi cinco meses de la campaña, es decir, durante la mayor parte de la misma. Por lo que respecta a las mandarinas, la evolución fue ligeramente más favorable si se tiene en cuenta que las cotizaciones en el campo se situaron por debajo de los costes productivos durante tres meses en lugar de cinco como sucedió con la naranja (se adjuntan gráficos).
“En cualquier caso –apunta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– la temporada se cierra nuevamente de forma calamitosa para los productores. Somos la base principal sobre la que se sustenta este sector en el que todos los actores que participan sacan su parte de beneficio, por mínimo que sea, con la única excepción del agricultor. Lo que está sucediendo en la citricultura es un crimen, nos han llevado a un callejón sin salida y estamos en una situación de quiebra técnica. La cosecha que teníamos este año era perfectamente asumible por el mercado en términos rentables, pero las cosas no se han hecho bien. Es cierto que hay muchos comercios y cooperativas que trabajan con seriedad, pero por desgracia no puede decirse lo mismo de todos ellos”.
Esa falta continua de rentabilidad para el agricultor –que esta última campaña va a traducirse en unas pérdidas globales de unos 310 millones de euros- tendrá además consecuencias muy graves en términos de abandono de superficie de cultivo y, por consiguiente, de destrucción de empleo y riqueza. En este sentido, el informe de AVA-ASAJA apunta que este mismo año dejarán de cultivarse, a causa de la crisis naranjera, entre 7.000 y 10.000 hectáreas de cítricos en la Comunitat Valenciana, una circunstancia que implicará a su vez el cierre de entre 3.500 y 4.500 explotaciones. El impacto económico de ese número de parcelas cuya continuidad es más que dudosa en estos momentos, se concretará en la pérdida de unos 3.000 empleos y de un volumen de negocio de 62, 5 millones de euros.
Cristóbal Aguado afirma que “o empiezan a cambiar muchas cosas en la citricultura o los productores tenemos los días contados. Pero que nadie pierda de vista que también están en juego 160.000 puestos de trabajo en la Comunitat Valenciana que dependen directamente de este sector. Los políticos y los legisladores tienen que abordar el asunto con la seriedad que merece. Precisamente ahora tienen una ocasión única para hacerlo en el marco del debate sobre la reforma de la Política Agraria Común (PAC). Es indispensable que esa nueva PAC incluya medidas correctoras que actúen sobre la estructura del mercado agroalimentario y sirvan para corregir los actuales desequilibrios y frenar esta falta permanente de rentabilidad que sufren los agricultores. En este sentido, tanto el Ministerio como la Conselleria de Agricultura deben acelerar al máximo la tramitación de los proyectos legislativos que están desarrollando para fomentar las buenas prácticas comerciales”.
AVA-ASAJA
Primero decir que, Valencia no es sólo donde se pruducen naranjas en España, también en Andalucía, y lo mismo que los valencianos los andaluces del sector llevamos años sacando tan sólo los costes en los mejores casos y soportando pérdidas, que se deben en muchos casos por los precios ridículos que se pagan en campo y por los impagos de los «pistoleros», que compran a un precio, y si les interesan se las llevan y si no te las dejan colgadas.
El desastre de la campaña de este año, sobre todo en las variedades tardías, según tengo entendido, lo han producidos los exportadores valencianos, que han vendido naranjas heladas a bajos precios y han quemado los mercados.Cuando no habíamos entrado en el Mercado Común, esos que iba ser para España el no va más, porque se nos habria un mercado de no sé cuanto cientos de millones de consumidores,las naranjas, antes de salir para el extranjero pasaban un control, de acidez,azucar, color etc.pero llegó el mercado libre, sin control a los comercializadores y muchos a los agrilcultores, y esto se ha con vertido en un manos libres, en los que los sinverguenzas, cortan naranjas sin reunir los mínimos exigidos, tiran los mercados,y al final pagamos los de siempre, los productores, porque ellos siempre ganan.
También en el sur de Cataluña producimos naranjas y me sumo a criticar que los diferentes gobiernos no hagan nada al respecto. En mi caso se añade el nuevo sistema de los sinverguenzas que pagan un mínimo adelanto, no superior al 10%, y después desaparece la empresa o está en quiebra y ya has visto el dinero. Nadie nos defiende de manera adecuda. Creo que se deberia hacer una unión de los productores y no dejar se lleven ni un kilo de nuestra producción sin tener un seguro de que lo cobraremos a un precio preestablecido. De lo contrarios estamos destinados a ser los perdedores.
Parece que cuando se habla de citricos en Espàña parece que solo se producen en Valencia, y ya esta bien, en Andalucia y otras comunidades tambien se producen muchos kg de citricos, pero la verdad es que nadie lucha por nosotros, solo se lucha por la agricultura que es rentable y al parecer los citricos no lo son, habria que preguntarse por que y sobre todo empezar a unirnos todos.
Se debieran de regular los precios mínimos y si no no vender nada, así como regular las plantaciones de las difierentes variedades para no cargar los mercados, pero bueno siempre es lo mismo de lo mismo, al final siempre pagamos los mismos.Es una pena
Toda la agricultura está en riesgo de desaparecer, igual da la valenciana que la andaluza. Los gobiernos no se han preocupado de fortalecerla, permitieron que se compraran los cítricos a como salgan y así han salido, corriendo y abandonando las tierras, porque los productores cada vez más pobres y los comerciantes cada vez más ricos a pesar de la crisis, comprando yates y helicòpteros. Eso es la consecuencia de la dejadez del gobierno tanto autonómico como el de España, pero algún día nos lamentaremos y será demasiado tarde, ya que solo en la Comunidad Valenciana están en juego casi 200.000 puestos de trabajo. Acabaremos importando todos los productos de la agricultura para comer a precio de oro. Estudien, trabajen y saquen soluciones que para eso se le paga.