La Comisión Europea acaba de adoptar una ambiciosa estrategia comunitaria para los biocarburantes dotada de una serie de posibles medidas basadas en el mercado y de carácter legislativo e investigador para potenciar la producción de combustibles a partir de materias primas agrícolas. El documento, que viene a sumarse al plan de acción adoptado en diciembre de 2005, se fija tres metas principales: promover los biocarburantes tanto en la Unión Europea como en los países en desarrollo; preparar su uso a gran escala, mejorando su competitividad en cuanto al coste e incrementando la investigación sobre combustibles de «segunda generación» y apoyar a aquellos países en desarrollo en los que la producción de biocarburantes podría estimular el crecimiento económico sostenible. Extender su uso será sumamente beneficioso por reducir la dependencia de Europa de las importaciones de combustibles fósiles, aminorar las emisiones de gases de efecto invernadero, proporcionar nuevas salidas a los agricultores y abrir nuevas posibilidades económicas en varios países en desarrollo.
«Nunca ha habido mejor momento para impulsar los biocarburantes», ha manifestado Mariann Fischer Boel, Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural. «Los precios del crudo siguen siendo altos, el Protocolo de Kioto nos impone objetivos sumamente rigurosos y la reciente polémica sobre las importaciones de gas ruso ha subrayado la importancia de aumentar la autosuficiencia energética de Europa. Las materias primas para la producción de biocarburantes proporcionan también en potencia una nueva salida para los agricultores europeos a los que la reforma de la PAC permite ahora convertirse en verdaderos empresarios.»
El Comisario de Desarrollo, Louis Michel, ha resaltado las oportunidades que para los países en vías de desarrollo, y en especial los afectados por la reforma del azúcar, puede presentar esta nueva producción. «Muchos países en desarrollo se encuentran por su naturaleza bien situados para la producción de materias primas para la obtención de biocarburantes, en particular aquellos que cuentan con una sólida tradición en la producción de azúcar. El mercado comunitario, ahora en expansión, ha de aportarles nuevas posibilidades de exportación. La Unión Europea les ayudará a sacar el máximo provecho de esta oportunidad facilitando la transferencia de conocimientos y el desarrollo de su potencial de mercado.»
La estrategia, que distingue siete objetivos clave, recoge las medidas que adoptará la Comisión para promover la producción y el consumo.
1) Estimular la demanda de biocarburantes.
En 2006 se hará público un informe sobre la posible revisión de la Directiva de biocarburantes; es preciso incentivar a los Estados miembros a que los promuevan (incluidos los productos de segunda generación) a la vez que deben atenderse las obligaciones respecto a los biocarburantes. La Comisión ha presentado una propuesta para fomentar los vehículos limpios y eficientes.
2) Actuar en provecho del medio ambiente.
La Comisión examinará de qué manera los nuevos combustibles pueden contribuir con mayor eficacia a los objetivos fijados para las emisiones, se afanará por asegurar la sostenibilidad del cultivo de materias primas destinadas a su obtención y volverá a estudiar los límites del contenido de biocarburantes en la gasolina y el gasóleo.
3) Desarrollar la producción y distribución de biocarburantes.
La Comisión propondrá la creación de un grupo específico que analice las oportunidades de estos nuevos combustibles en los programas de desarrollo rural e incrementará la vigilancia para impedir que se discrimine su uso.
4) Ampliar el suministro de materias primas.
La Comisión va a incluir en los planes de ayuda de la PAC la producción de azúcar para la obtención de bioetanol; evaluará las posibilidades de transformar las existencias de cereales de intervención; financiará una campaña de información para agricultores y propietarios de terrenos forestales; presentará un plan forestal; y estudiará las posibilidades de utilizar subproductos de procedencia animal y residuos limpios.
5) Potenciar las oportunidades comerciales.
La Comisión evaluará la posibilidad de presentar una propuesta sobre códigos aduaneros particulares para biocarburantes, mantendrá un enfoque equilibrado en las negociaciones con países productores de etanol y propondrá enmendar la norma del biodiésel.
6) Apoyar a los países en desarrollo.
La Comisión velará por que las medidas para los países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) signatarios del Protocolo sobre el azúcar y afectados por la reforma de este cultivo en la Unión Europea puedan utilizarse para apoyar el desarrollo de la producción de bioetanol; desarrollará un paquete coherente de medidas de apoyo para los biocarburantes en los países en desarrollo y examinará la mejor manera de apoyar las plataformas nacionales y regionales de biocarburantes.
7) Investigación y desarrollo.
La Comisión seguirá sustentando el desarrollo de una «Plataforma tecnológica del biocarburante» liderada por la industria, que presentará recomendaciones en este sector. Los biocarburantes gozarán de un lugar preeminente en el Séptimo Programa Marco, en particular, el concepto de «bio-refinería» – es decir, la búsqueda de una utilización provechosa de todas las partes de la planta – y sobre los biocarburantes de segunda generación. A través de la investigación, los costes de producción podrían reducirse considerablemente a partir de 2010. Mediante su programa Energía Inteligente para Europa, la Comisión apoyará la introducción en el mercado y la difusión de tecnologías comprobadas.
Antecedentes
En la UE, el transporte produce casi la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero: es fundamental, por ello, encontrar maneras de reducir las emisiones de ese origen.
Casi toda la energía utilizada para el transporte procede del petróleo, de cuya importación depende enormemente la UE.
Los biocarburantes transformados a partir de la biomasa – una fuente renovable – son sustitutos directos de los combustibles fósiles para el transporte y pueden integrarse fácilmente en los sistemas de abastecimiento de combustibles.
El apoyo al sector de los biocarburantes ofrece igualmente nuevas posibilidades de ingresos en las regiones rurales y contribuye al cumplimiento de la Agenda de Lisboa al desarrollar sustitutos a largo plazo de los combustibles fósiles.
En varios países en desarrollo la producción de biocarburantes podría favorecer la economía y el medio ambiente, crear empleo, reducir la factura de las importaciones de energía y dar paso a potenciales mercados de exportación. El bioetanol, por ejemplo, podría ser una alternativa viable para los países productores de azúcar afectados por la reciente reforma del azúcar en la UE.
La Unión también debe seguir apoyando la investigación sobre biocarburantes de segunda generación, tales como el etanol de base lignocelulósica, el biodiésel Fischer-Tropsch y el biodimetiléter (bio-DME)
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