Ese nuevo acuerdo se firmará en principio durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático que se celebrará en Copenhague en el mes de diciembre. Para mantener el aumento de la temperatura por debajo de 2 ºC, los países en desarrollo necesitarán un considerable aumento de la financiación procedente de los países desarrollados, además de ayuda de las instituciones multilaterales que refuerce su contribución al combate contra el cambio climático.
Las propuestas de la Comisión incluyen la creación de un mercado de carbono en la OCDE para 2015 y el desarrollo de innovadores sistemas internacionales de financiación basados en los niveles de emisiones de los distintos países y en su capacidad de pago.
El Comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, declaró lo siguiente: «La lucha contra las causas y las repercusiones del cambio climático requerirá cuantiosos fondos públicos y privados a lo largo de las próximas décadas, pero no debemos perder de vista que esas inversiones serán muy inferiores a los costes de permitir que el cambio climático siga su destructivo curso. El Plan europeo de recuperación económica y las demás medidas de corte similar que se están adoptando en todo el mundo para hacer frente a la crisis económica brindan una buena oportunidad para recabar inversiones que generen bajas emisiones de carbono y, al mismo tiempo, para estimular el crecimiento, la innovación y la creación de empleo. Con todo, la obtención de un acuerdo en Copenhague exigirá otras soluciones de financiación. La Comunicación presentada hoy, en la que se propone un amplio conjunto de propuestas para incrementar la financiación y las inversiones, supone una contribución clave a ese proceso.»
OBJETIVO DE COPENHAGUE
El objetivo de la Unión Europea (UE) es mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C sobre la temperatura de la era preindustrial, habida cuenta de las concluyentes pruebas científicas según las cuales, superado ese punto, el cambio climático supondría un grave peligro.
El acuerdo de Copenhague deberá contener objetivos globales de reducción de las emisiones y sentar las bases que permitan reforzar la capacidad de los distintos países para adaptarse al cambio climático. La Comunicación contiene propuestas concretas para alcanzar ambos objetivos.
OBJETIVOS Y MEDIDAS
Para mantenerse por debajo del objetivo de 2 °C, las emisiones globales deben alcanzar su nivel máximo antes de 2020 y, a partir de ahí, reducirse hasta llegar en 2050 a un valor inferior al 50 % de los niveles de 1990. Ello reclamará la actuación tanto de los países desarrollados como de los países en desarrollo.
Los países desarrollados deben encabezar la iniciativa y, de aquí a 2020, recortar sus emisiones colectivas en un 30 % con respecto a los niveles de 1990. La UE ha dado ejemplo al comprometerse a reducir sus emisiones en un 30 % si los demás países desarrollados asumen compromisos de reducción semejantes, y ya ha implantado medidas dirigidas a la reducción de sus emisiones en un 20 % (IP/08/1998). La Comunicación propone parámetros específicos para asegurar que los objetivos nacionales entrañen un nivel de esfuerzo comparable. Tanto los países de la OCDE como los Estados miembros de la UE, los actuales candidatos a la adhesión y los posibles aspirantes a ella deben asumir estos objetivos de emisiones.
Con excepción de los más pobres, los países en desarrollo deberán limitar, también de aquí a 2020, el aumento de sus emisiones colectivas entre un 15 % y un 30 % por debajo de los niveles que se derivarían de la no intervención. Para ello, tendrán que conseguir, entre otros resultados, una rápida reducción de las emisiones provocadas por la deforestación tropical (IP/08/1543). Deberán también comprometerse a adoptar estrategias de desarrollo bajas en carbono que cubran los principales sectores emisores antes del final de 2011. Un nuevo mecanismo internacional permitirá evaluar esas estrategias y asignar a las medidas propuestas la asistencia externa necesaria.
FINANCIACIÓN DE UN DESARROLLO BAJO EN CARBONO
Si se pretende reducir las emisiones, es probable que las inversiones adicionales mundiales netas tengan que incrementarse en unos 175 000 millones de euros anuales en 2020, según estimaciones de expertos independientes. Aproximadamente la mitad de ese importe habrá de corresponder a los países en desarrollo. Hasta 2020, el grueso de las medidas adoptadas en esos países tendrá pocos costes (o incluso beneficios), y deberá financiarse internamente. La ayuda financiera internacional destinada a las intervenciones que superen las capacidades nacionales deberá proceder de fuentes como las arcas públicas y los mecanismos internacionales de asignación de créditos de carbono.
El acuerdo de Copenhague deberá además configurar una estructura que ayude a los distintos países a adaptarse a las consecuencias inevitables del cambio climático. Todos los países desarrollados y en desarrollo deberán elaborar estrategias nacionales de adaptación, y deberá dispensarse ayuda para la adaptación de los países menos desarrollados más vulnerables y de los pequeños estados insulares en desarrollo.
La UE debería explorar posibles fuentes innovadoras de financiación internacional basadas en el principio de que quien contamina paga y en la capacidad de pago. Para ayudar a los países en desarrollo, los Estados miembros de la UE podrían asimismo emplear parte de los futuros ingresos procedentes de la subasta de sus derechos con arreglo al régimen comunitario de comercio de derechos de emisión.
MERCADO GLOBAL DE CARBONO
A fin de mitigar las consecuencias del cambio climático y de recabar fondos para combatirlo, la UE debería fijarse el objetivo de implantar, para 2015, un sólido mercado de carbono en la OCDE, fusionando el RCCDE con otros sistemas comparables de limitación y comercio de emisiones. Antes de 2020, ese mercado deberá ampliarse, abarcando a las principales economías emergentes, para crear un mercado global de carbono.
Procede asimismo reformar el Mecanismo para un desarrollo limpio del Protocolo de Kioto. En los países en desarrollo más avanzados y en los sectores económicos altamente competitivos, ese mecanismo deberá sustituirse gradualmente por un mecanismo sectorial de asignación de créditos y por sistemas de limitación y comercio de las emisiones.
PRÓXIMOS PASOS
Los destinatarios de la Comunicación son el Consejo, el Parlamento y los órganos consultivos de la UE. Está previsto que el Consejo Europeo ofrezca su respuesta en el mes de marzo.
Comisión Europea