El objetivo de estas inspecciones es evitar la posible llegada al mercado de fruta que no reúna las condiciones de calidad exigidas, defendiendo tanto al consumidor, como a los operadores del sector frente a la competencia desleal y su repercusión en la evolución de los precios durante la campaña.
Para ello, las actuaciones consisten tanto en controles encaminados a conocer la evolución del estado de madurez de los cítricos en el campo, como en inspecciones oficiales de control en las centrales hortofrutícolas.
Con respecto a los controles en campo, consistirán en la toma de muestras cada quince días y su análisis para determinar el índice de color, porcentaje de zumo, estado de madurez y número medio de pepitas encontrado para cada una de las variedades de cítricos.
Los resultados obtenidos por los técnicos de la Conselleria serán facilitados al sector con el fin de que los operadores puedan decidir el momento adecuado de recolección. De este modo, se facilita el cumplimiento de las normas de comercialización exigibles para que los frutos lleguen en condiciones adecuadas al mercado.
Inspecciones en centrales hortofrutícolas
Por lo que respecta a las inspecciones de control oficial en las centrales hortofrutícolas, se llevarán a cabo en primer lugar en aquellas que envíen las primeras partidas al mercado, con el fin de comprobar que reúnen las condiciones adecuadas para su comercialización.
En concreto, las inspecciones serán realizadas por cinco equipos de diez técnicos cada uno, apoyados en momentos de mayor actividad por personal de control. Además se cuenta con los servicios del laboratorio Agroalimentario de la Conselleria, donde se llevan a cabo los análisis de las muestras.
En estas inspecciones aleatorias, los técnicos de la conselleria de Agricultura comprueban las características organolépticas, calibrado, presentación y etiquetado de los lotes disponibles en el momento de la inspección.
En el caso de detectar irregularidades, se paraliza la mercancía hasta que se comprueba la idoneidad de la calidad de los cítricos mediante una nueva selección de la fruta o, en su caso, se obliga a que se destine a usos distintos al consumo en fresco. El incumplimiento de las normas de calidad exigidas puede ser sancionado con multas de hasta 600.000 euros.
Durante la campaña 2006/07, se incrementaron las actuaciones de control, realizándose 968 inspecciones, que permitieron controlar 868 partidas de cítricos, de las cuales 189 no se ajustaban en alguno de los requisitos de etiquetado o calidad de las normas en vigor. Como consecuencia de estos incumplimientos se llevaron a cabo 93 expedientes sancionadores.
Para la presente campaña está previsto que los inspectores de Agricultura realicen un número de actuaciones similar al de la anterior, con lo que se espera poder controlar la práctica totalidad de las 700 centrales hortofrutícolas que existen en la Comunitat Valenciana dedicadas al acondicionamiento de los cítricos antes de su llegada a los mercados.
Cabe recordar que por su naturaleza, los cítricos son frutos que no continúan madurando una vez recolectados, por lo que si son recogidos antes de alcanzar el estado de madurez exigido por las normas de comercialización, no pueden ser vendidos para consumo en fresco. Además, en el caso de que esa fruta se pusiera a la venta, el responsable podría ser sancionado por los inspectores de la dirección general de Consumo.
Generalitat Valenciana