La consejera de Medio Ambiente de las islas Baleares, Margarilda Roselló, repasó esta mañana, en la sede del Ateneo de Madrid, las actuaciones medioambientales que ha desarrollado el Gobierno Balear durante su primer año de andadura, y explicó cuáles son los futuros proyectos de la Consejería que dirige, entre los que destaca la denominada «ecotasa». Sobre la imposición de una tasa que grave las visitas turísticas a las Baleares, Roselló -quien llamó la atención sobre la necesidad de incorporar criterios de sostenibilidad al desarrollo turístico- destacó el gran rechazo que la medida está despertando en el sector hotelero, «muy ligado al Partido Popular», apostilló. Destacó la dificultad que conlleva una iniciativa de este tipo, ya que la tasa «debe ser segura jurídicamente», puesto que si incluye algún aspecto ilegal su puesta en marcha se retrasaría. Asimismo, avanzó cuál será la finalidad ambiental de la tasa, que se dedicaría a mejorar las medidas medioambientales de las instalaciones hosteleras; a incrementar las infraestructuras culturales; y a aumentar los recursos destinados a la gestión de los espacios naturales. Roselló lamentó la presión urbanística a la que está sometido el archipiélago balear, que en los últimos años también afecta al interior de las islas, lo que está afectando a zonas protegidas. En cuanto a la advertencia de la Comisión Europea, según la cual el archipiélago balear debe ampliar sus espacios protegidos sino quiere perder las asignaciones provenientes de los Fondos de Cohesión, Roselló se alegró de que desde Bruselas se haya alertado ante esta falta de espacios protegidos -sólo un 1,5% del territorio balear- tal y como Els Verds y otras asociaciones ecologistas vienen denunciando desde hace tiempo.
AMDPRESS