El responsable autonómico señaló que estos sistemas “precisan de continuas actualizaciones, debido a la aparición de nuevas plagas emergentes, como consecuencia de la retirada de los productos fitosanitarios que las combatían”. En este sentido destacó que “el control de las plagas por medios químicos ha sufrido fuertes limitaciones debido a la nueva normativa comunitaria y a las exigencias de las cadenas de comercialización”.
García Lidón aseguró que cualquier estrategia fitosanitaria “debe basarse en el análisis técnico de la situación y en la aportación de soluciones que sean respetuosas con el medio ambiente y que garanticen la seguridad alimentaria del consumidor”.
Como ejemplo a seguir señaló “la estrategia de la gestión integrada de plagas desarrollada por la Consejería de Agricultura y Agua, que compatibiliza el uso de productos fitosanitarios de bajo impacto ambiental, con la suelta de insectos útiles y la instalación de trampas para la captura de adultos”. Dicha estrategia ha dado buenos resultados para combatir la polilla del tomate (Tuta absoluta).
La Consejería realiza actualmente nuevas experiencias para el control de esta plaga basada en técnicas de confusión sexual y otra más novedosa denominada ‘falsas pistas’, que consiste en la distribución de una gran cantidad de puntos de emisión de feromonas que imposibilita el apareamiento de los machos. Según García Lidón, “los resultados obtenidos hasta ahora son bastante esperanzadores, aunque es necesario continuar con el proceso de investigación y desarrollo antes de sacar al mercado estos nuevos productos”.
El director general manifestó la disposición de la Consejería a seguir trabajando en colaboración con el sector productor de tomate, con el objetivo de “conseguir que la agricultura de la Región esté a la cabeza en la gestión integrada de plagas y seamos un referente en el adecuado cumplimiento de la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas, que obligará a todos los productores, antes del 1 de enero de 2014, a adoptar estos nuevos sistemas”.
CARM