Antonio Marcos, secretario de la Federación de Trabajadores Agroalimentarios de Jaén asegura que las previsiones al inicio de campaña se han confirmado: se han incorporado trabajadores de otros sectores ajenos al agrario, lo que ha mermado el número de jornales por trabajador, con especial virulencia con las mujeres, ya que muchas no llegarán a los 35 jornales.
Además, al haber más trabajadores se han exigido rebajas del salario por debajo del convenio, algo que hace años que no pasaba, produciendo una «distorsión de las relaciones laborales».
Marcos relató que de las 170 visitas a albergues y cortijos que se han realizado al final se ha derivado en 15 denuncias ya que «se siguen detectando» que cada vez más el alojamiento está en la ciudad, y los empresarios siguen usando los albergues como residencia, y hay que recordarles que es su responsabilidad poner a disposición del trabajador un alojamiento en condiciones dignas, explicó.
Por otra parte, se lamentó que durante esta campaña haya sido tan complicado llevar a las mujeres a los tajos «debido a la feroz competencia» que ha existido por los jornales, unido a que lamecanización que ha hecho que los olivareros prescindan de mano de obra.
El sindicato sostiene que las tareas de recogida de aceituna, que están muy mecanizadas, pueden ser realizadas con la misma eficiencia tanto por hombres como por mujeres, por lo que no se entiende la discriminación «tan fuerte y radical que se observa hacia el colectivo femenino».
La Federación Agroalimentaria (FTA) de UGT Jaén, por su parte, ha propuesto introducir medidas de acción positiva para eliminar la discriminación en la negociación colectiva del próximo Convenio del Campo, en el próximo mes de septiembre.
www.agrocope.com