En esta línea, los agricultores dedicados al cultivo tuvieron que vender el girasol un 30% por debajo de los costes de producción, concretamente, los precios oscilaron entre los 18 y los 21 céntimos de euro. En segundo lugar, la climatología adversa, especialmente la escasez de lluvias, provocó que el rendimiento por hectárea se redujese en un 50 por ciento.
Además, ASAJA Cuenca hace hincapié en la escasa aceptación que ha tenido este año la medida para prácticas agroambientales en el girasol de secano que los agricultores pudieron solicitar junto a las subvenciones de la Política Agraria Común ante la desaparición de la anterior línea agroambiental destinada al girasol.
Según la Organización, el poco éxito de la nueva medida es debido a la introducción de criterios medioambientales de dudosa efectividad y de difícil cumplimiento. Por ello, ASAJA de Cuenca insiste en la necesidad de modificar esta nueva medida dedicada al girasol para que produzca los resultados medioambientales esperados, pero a través de requisitos razonablemente realizables por el agricultor profesional.
Por último, la Organización está trabajando para crear una nueva estructura de comercialización de girasol con dos objetivos fundamentales: reducir los costes de producción y mejorar los precios en origen con el objetivo de contribuir a la supervivencia de uno de los cultivos más importantes de la provincia y cuyos beneficios, tanto sociales como medioambientales, están más que demostrados.
Asaja Cuenca