Los precios que se pagan en el campo y la crisis que sufren todos los sectores agrarios hacen imposible que con la rentabilidad actual pueda subsistir una familia. Cualquier rendimiento no agrario que se tenía hasta ahora supera el importe al ingreso agrario, lo que ocasiona la pérdida de la condición de agricultor a título principal.
Tener esa condición supone trabajar toda la jornada en el campo, poseer una dimensión determinada de explotación y obtener el 25% de ingresos de la actividad agraria. Pero la bajada de ingresos en el campo derivada de la crisis está llevando a muchos agricultores y ganaderos a vender activos de capital mobiliario ahorrados durante años para poder subsistir. La venta de estos activos, el cobro de cualquier alquiler, así como cualquier otro ingreso no agrario, está llegando a superar los frutos del trabajo de su actividad y provoca la perdida de la condición de beneficiario de estas ayudas. «La crisis nos está dirigiendo a una mayor crisis», apunta el Secretario General de LA UNIÓ, Josep Botella.
LA UNIO aprovecha esta circunstancia para demandar que se revise con urgencia el Real Decreto 63/2006 en el que se define el concepto de renta agraria, dadas las circunstancias por las que pasa el sector. Así, pide a la Conselleria de Agricultura que defienda frente al Ministerio de Medio Rural la modificación de esta definición para las situaciones de crisis y sobre todo a efectos del cobro de las Indemnizaciones Compensatorias.
LA UNIÓ