La crisis económica amenaza el auge de la papa

El auge de la producción de papas en el mundo en desarrollo puede verse afectado si la desaceleración de la economía mundial reduce las inversiones, el comercio y el acceso de los campesinos al crédito, según ha advertido un nuevo informe de la FAO.

Esta amenaza se produce en un momento en que las papas se han convertido en un importante alimento básico y un lucrativo cultivo comercial en muchos países en desarrollo. China es el mayor productor mundial de papas, mientras que Bangladesh, India y la República Islámica de Irán figuran hoy entre los principales consumidores de papas del mundo.

Basado en las estadísticas más recientes de la FAO, el informe Nueva luz sobre un tesoro enterrado, señala que la papa es el principal cultivo mundial no cerealero, con una producción total que alcanzó un récord de 325 millones de toneladas en 2007. Más de la mitad de esa producción mundial tuvo lugar en países en desarrollo.

Sin embargo, el informe advierte que «negros nubarrones se ciernen sobre las perspectivas para el año próximo». La desaceleración de la economía mundial amenaza con reducir el flujo de inversiones y ayuda al desarrollo hacia los países en desarrollo, incluyendo el apoyo a la agricultura que ha ayudado a muchos países a fortalecer el sector de las papas.

Los países desarrollados pueden tener la tentación de alzar las barreras comerciales, que ya imponen aranceles altos sobre los productos de papa importados, mientras que la crisis bancaria puede dejar a muchos campesinos sin crédito para invertir en la producción de 2009.

«Lo que se necesita con urgencia es una nueva y sólida agenda para la investigación y desarrollo de la papa destinada a proteger la seguridad alimentaria de los países y proporcionar nuevos mercados a los productores de papas», señaló NeBambi Lutaladio, coordinador de la Secretaría de la FAO para el Año Internacional de la Papa.

En la actualidad, el rendimiento de las papas en África, Asia y Latinoamérica es de una media de 15 toneladas por hectárea, menos de la mitad de lo que se obtiene en Europa occidental o en Norteamérica. Para fortalecer el cultivo de la papa en los países en desarrollo, la FAO y el Centro Internacional de la Papa, han pedido «una ciencia de la papa al servicio de los pobres», para proporcionar a los cultivadores de papas mejor material para plantar, variedades que sean resistentes a las plagas, enfermedades, la sequía y el cambio climático, y sistemas agrícolas que hagan un uso más sostenible de los recursos.

«Los campesinos en las tierras altas de África pueden obtener 25 toneladas de tubérculos de una hectárea en tan solo 90 días, por lo que la producción de papas está en auge en países como Uganda», explicó NeBambi Lutaladio. «Cuando se añade -dijo- valor añadido a esta producción, a través de un mejor almacenamiento y elaboración, no sólo se cubren las necesidades alimentarias, si no que se obtiene un cultivo comercial rentable que puede impulsar el desarrollo económico y sostener los medios de subsistencia».

«Pero los avances tecnológicos deben de ir acompañados por otras medidas más generales para el desarrollo agrícola, como un mejor acceso de los campesinos a la extensión agraria, el crédito y a los insumos para producir, una mejor gestión poscosecha y conexiones con la elaboración de productos y los mercados», añadió Lutaladio.

FAO

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