Esta es una de la conclusiones más importantes del debate sobre la huella ecológica en el que han participado: Antonio Serrano Rodríguez Catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio; Ignacio Elorrieta, Director de Proyectos de Sostenibilidad del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR); Javier Benayas, Vicerrector del Campus y Calidad Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid; José Mª Vergara-Carrió, Presidente del Consell Catalá d’Estadística; Juan Carlos Barrios, Programa Plan de Acción Global; Juan Carlos Dueñas Cardell, Director del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM); Luís Andrés Orive, Jefe del Área de Estudios del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria-Gastéiz (CEA); Salvador Rueda, Director de la Agencia de Ecología Urbana (Barcelona); Xavier Mayor Farguell, Doctor en Biología, estudi Xavier Mayor Farguell de Planificació i Gestió de l’Entorn; así como David Pon, de la empresa Minuartia, y Manuel Calvo de Estudio MC.
A pesar de que todos los ponentes estaban de acuerdo en la importancia de la huella ecológica como indicador de sostenibilidad, el debate estuvo en si se debe utilizar sólo como herramienta de educación o como instrumento de toma de decisión. Lo que está claro es que es un elemento fundamental para medir el nivel de insostenibilidad en el que se vive y qué cambios de comportamientos se debería hacer.
Otras de las cuestiones que se comentaron fue la importancia de incluir el indicador de huella ecológica en los indicadores oficiales, su uso en colaboración con otros indicadores como el de las emisiones de CO2 y la necesidad de aplicarla tanto a nivel individual como territorial.
Un dato importante a tener en cuenta es que la huella ecológica de España es mayor que la de otros países homólogos como Francia, Alemania y Dinamarca.
Conama