Más coches
Es cierto que los coches modernos emiten hasta un trece por ciento menos de CO2 que los de hace una década, pero a pesar de ello las emisiones de dióxido de carbono procedentes del transporte aumentaron un 32 por ciento entre 1990 y 2004, situando al sector automovilístico a la cola del avance europeo hacia el cumplimiento del Protocolo de Kioto. La aparente contradicción entre la reducción de las emisiones por vehículo y su aumento global se explica por el hecho de que entre 1990 y 2004 el número de coches en la Unión Europea aumentó un cuarenta por ciento. Además, los coches son hoy un quince por ciento más pesados, y su potencia ha aumentado en un 28 por ciento por término medio.
En 1999, la industria automovilística se comprometió de forma voluntaria a reducir las emisiones medias de los vehículos nuevos hasta 140 gramos de CO2 por kilómetro para el año 2008. Sin embargo, ya en 2004 todos los datos apuntaban que el resultado final no sería inferior a 150 gramos por kilómetro.
Normas vinculantes
En un informe sobre la materia elaborado por el eurodiputado liberal británico Chris Davies, la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo apoya la propuesta de la Comisión relativa a reemplazar el carácter voluntario de las normas por otras de tipo vinculante, y reclama que los nuevos límites de emisiones anuales entren en vigor el 12 de enero de 2009. Según el texto, en 2012 las emisiones medias producidas por los coches nuevos deberían situarse en 120 gramos por kilómetro, frente a los 130 propuestos por la Comisión.
Además, el informe sugiere la creación de un sistema de penalización mediante multas a los fabricantes que produzcan vehículos que sobrepasen el volumen de emisiones establecidas y «premie» a los que menos contaminen. La comisión parlamentaria considera, asimismo, que tanto los coches grandes como los más pequeños deben sumarse a la lucha contra los gases de efecto invernadero.
Está previsto que el informe, que fue adoptado por la comisión del Medio Ambiente del Parlamento Europeo el pasado 12 de septiembre, sea sometido a votación por el Pleno de la Eurocámara durante la sesión Plenaria de noviembre.
¿Cómo alcanzar estos objetivos?
Para el ponente del informe parlamentario, «el Salón del Automóvil de Frankfurt demuestra que la tecnología es capaz de reducir significativamente las emisiones de CO2 de los coches en un corto período de tiempo». Para Davies, «el objetivo principal de la legislación debe ser especificar los estándares técnicos a los que deben ajustarse los fabricantes».
Sin embargo, otros eurodiputados consideran que la labor de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no debe recaer únicamente en la industria. Así, el británico del Partido Popular Europeo Martin Callanan opina que es necesario «repartir la responsabilidad entre las compañías petrolíferas, los fabricantes de neumáticos, la industria del automóvil e incluso los conductores», ya que «fomentar cambios en los hábitos de conducción ayudaría a alcanzar los objetivos fijados».
Por su parte, el finlandés de Los Verdes Satu Hassi, vicepresidente de la comisión parlamentaria, explica que el hecho de que se pida un límite de 120 gramos por kilómetro en lugar de 130 «supone una diferencia de 3,2 millones de toneladas de CO2 anuales».
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