La FAO advierte del peligro de la fiebre aftosa

La globalización del comercio favorece también la globalización de graves epidemias como la fiebre aftosa, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El Director General de la FAO, Jacques Diouf, ha instado a todos los países a «elaborar un plan global para contener y controlar progresivamente las amenazas de enfermedades, desde su origen en los países en vías de desarrollo». Las medidas de prevención en caso de eventuales emergencias, el refuerzo de los controles fronterizos y de la inspección de productos, aunque esenciales para combatir los brotes de enfermedades, no serán suficientes para hacer frente al peligro de una difusión internacional de fiebre aftosa, agregó.

La fiebre aftosa es muy contagiosa y puede difundirse con extrema rapidez entre el ganado mediante la circulación de animales infectados y de productos animales, de material contaminado como, por ejemplo, camiones, e incluso por el viento.

Diouf pronunció estas palabras durante su discurso de apertura de un «Encuentro ministerial sobre la experiencia de la fiebre aftosa» celebrado en el ámbito de la Conferencia de la FAO. Los países miembros de la FAO han discutido sobre las repercusiones del devastador reciente brote de fiebre aftosa en Europa y del impacto de las enfermedades epidémicas de los animales en la agricultura, el comercio y la seguridad alimentaria.

«Es posible reducir drásticamente el peligro de enfermedades animales tan tremendas como la fiebre aftosa», dijo Diouf. «Sin embargo, para hacer frente a las enfermedades animales necesitamos un sistema parecido al ya elaborado por la FAO para los cultivos alimentarios: un Sistema mundial de información y alerta para las enfermedades transfronterizas de los animales que tenga en cuenta los datos oficiales de la Oficina Internacional de las Epizootias (OIE), la investigación sobre las enfermedades y los estudios epidemiológicos y de laboratorio en los países para mejorar el sistema de alerta internacional», subrayó.

Muchas enfermedades infecciosas de los animales, sobre todo la fiebre aftosa, se difunden mediante el comercio de ganado o productos derivados, tanto legal como ilegal. Por ejemplo, siete de los once brotes primarios de enfermedad de fiebre aftosa que se produjeron en Europa entre 1991 y 1999, fueron probablemente provocados por la importación ilegal de ganado y productos derivados.

El reciente brote de la cepa panasiática, especialmente agresiva, fue probablemente debido a piensos porcinos con bazofia contaminada. El virus se difundió desde el Reino Unido a Irlanda, Francia y Países Bajos mediante el comercio de ganado. En Europa, alrededor de 4 millones de animales tuvieron que ser sacrificados en 2001 para erradicar la epidemia de fiebre aftosa.

La cepa panasiática se difundió masivamente en todo el mundo durante los diez últimos años. Se detectó por primera vez en Asia del Sur en 1990 y de allí se extendió a Malasia, China, Japón, la Federación Rusa y Mongolia. Algunos de estos países no habían registrado casos de fiebre aftosa durante muchas décadas. La fiebre se expandió hacia Occidente llegando a Oriente Medio en 1994 y prosiguió a través de Turquía hasta Grecia y Bulgaria en 1996, donde se detuvo. Poco después de abatirse sobre Sudáfrica en el año 2000 se difundió en Gran Bretaña.

Otro escenario de un reciente brote de fiebre aftosa ha sido el Norte de Africa, el primer brote desde hacía una década. La cepa del virus era parecida a las que circulan en Africa Occidental. «Esto demuestra que el desierto del Sahara no representa ya una barrera al movimiento de ganado y de agentes patógenos como lo era una vez», dice la FAO.

En América Latina, el progreso significativo de los países del Mercosur en la eliminación de la fiebre aftosa, se vio dramáticamente anulado durante los años 2000 y 2001, a causa de los brotes provocados por dos virus diferentes en Argentina, Brasil y Uruguay.

En la región andina de América del Sur, en Africa tropical, Oriente Medio, el Sur de Asia y muchas partes del Este asiático, la fiebre aftosa es un problema constante para los ganaderos. Esta enfermedad, más que cualquier otra, excluye a los países de estas regiones de la participación en el comercio internacional de productos de la ganadería, recuerda la FAO.

«El peligro es que, con el aumento la globalización, se produzca una vasta difusión de diferentes tipos de fiebre aftosa partiendo de su habitat natural en los países en vías de desarrollo, a menos que se pongan en práctica medidas de control efectivas ya al origen, allí donde la fiebre aftosa sea endémica», afirma Jacques Diouf.

«Atajar la fiebre aftosa y otras enfermedades animales en los países en desarrollo redunda en el interés de los países industrializados. Ayudar a los países en vías de desarrollo en la lucha contra las enfermedades transfronterizas de los animales, limitaría el peligro de brotes de fiebre aftosa en los países desarrollados», recalca Diouf.

En general, erradicar un brote de fiebre aftosa en los países que normalmente están libres de ella se basa en el control estricto de la circulación animal y del sacrificio y la eliminación de los despojos de los animales infectados o expuestos al peligro de fiebre. Este enfoque de «eliminación por sacrificio» puede ser acompañado o no por vacunación. Para mantener la fiebre aftosa bajo control es necesaria en primer lugar la vacunación sistemática. Es la opción más realista actualmente a disposición de los países en vías de desarrollo. Se ha aplicado con éxito en América del Sur y se empleó también con éxito para controlar la fiebre aftosa en Europa.

La FAO insta a los países industrializados a ayudar a las naciones en vías de desarrollo en la investigación, el control de las enfermedades transfronterizas de los animales y el fomento del comercio seguro de animales y productos derivados. Es necesario reforzar también los servicios veterinarios en los países en vías de desarrollo.

Mediante su Sistema de prevención de emergencia de plagas y enfermedades transfronterizas de los animales y las plantas (EMPRES), la FAO quiere contener de forma efectiva, controlar y eliminar progresivamente las enfermedades epidémicas más graves del ganado mediante una cooperación internacional basada en la alerta, la respuesta rápida y el fomento de la investigación y la coordinación.

FAO

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