Calificando la desnutrición crónica como "extrema manifestación de pobreza," la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha exhortado a la comunidad internacional a incorporar medidas específicas destinadas a mejorar la productividad agrícola y la competitividad en los países en desarrollo en la propuesta de proceso de reforma agrícola. El apelo ha sido lanzado en un discurso preparado para la 4a. Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que pronunciará el Subdirector General de la FAO para el Departamento Económico y Social, Hartwig de Haen.
La FAO ha indicado que los pequeños agricultores sin recursos y los trabajadores agrícolas necesitan medidas que los protejan de las consecuencias adversas de los flujos temporales de importaciones. Ha señalado también que son necesarias medidas que mejoren el acceso a las exportaciones agrícolas de los países en desarrollo y que las negociaciones en curso sobre la agricultura deberán reconocer la importancia de la seguridad alimentaria para todos.
El principal objetivo de la FAO es conseguir la seguridad alimentaria para todos, que según la organización "existe sólo cuando cualquier persona, en cualquier momento, tiene acceso económico y físico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que le permitan satisfacer sus necesidades alimentarias diarias y sus preferencias alimentarias para llevar una vida activa y saludable".
Si bien ha habido progresos en la reducción de la cifra absoluta de personas hambrientas en el mundo, el ritmo de esta reducción es demasiado lento para alcanzar la meta marcada en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, de reducir a la mitad el número de personas hambrientas en el mundo para el año 2015, ha reconocido Hartwig de Haen. De acuerdo a las últimas estimaciones de la FAO, este número ha bajado al ritmo de unos 6 millones de personas al año, frente a la tasa de reducción necesaria de 20 millones al año para alcanzar los objetivos previstos y, en consecuencia, la distancia está aumentando. A la tasa actual, serían necesarios más de 60 años para alcanzar la meta fijada, ha dicho de Haen.
La FAO dice que el desarrollo agrícola es la clave para la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria en los países en desarrollo. La agricultura es la fuente principal de renta para el 60-70% de la población en el mundo en desarrollo. Sin embargo, la agricultura es a menudo infravalorada en las decisiones políticas, constata la FAO, en concreto, su contribución actual y potencial para un gran número de bienes públicos fundamentales. Además, la importancia de la agricultura sostenible y del desarrollo rural no es reconocida en su justo valor.
Lo inadecuado de estos bienes públicos a las exigencias de la sociedad agrava los problemas actuales de pobreza rural, de inseguridad alimentaria, de degradación del medio ambiente, de éxodo rural fuera de control y de inestabilidad social que enfrentan muchos de los países en desarrollo, ha declarado de Haen.
Un estudio reciente de la FAO muestra claramente la importancia del crecimiento económico y de las inversiones en el sector agrícola como factores determinantes para el éxito en la mejora de la seguridad alimentaria. Más de dos tercios de los pobres del mundo viven en áreas rurales. Países que han tenido éxito usando el comercio para incrementar su desarrollo agrícola y rural tienen muchas posibilidades de reducir también la inseguridad alimentaria, ha indicado de Haen. La Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 reconoció que el comercio es un factor fundamental en la consecución de la seguridad alimentaria mundial. El comercio de productos agrícolas y un sistema de intercambio multilateral regulado por acuerdos son algunos de los instrumentos esenciales para promover el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria y el combate a la pobreza.
Hartwig de Haen ha explicado que la ocasión brindada en la reunión de la OMC en Doha, de lanzar nuevas reformas del marco regulatorio que rige los acuerdos comerciales internacionales, debe tener en cuenta los imperativos puestos por los millones de personas hambrientas en el mundo. Se deben buscar orientaciones políticas en favor de la reducción de la pobreza y de la seguridad alimentaria para todos.
FAO