LA FAO DISCUTE SOBRE EL DESARROLLO EN EL CUERNO DE AFRICA

«La eliminación del hambre y la lucha contra la inseguridad alimentaria en el Cuerno de Africa es tarea de los países afectados y de la comunidad internacional», declara la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en la apertura del encuentro de donantes sobre la iniciativa en el Cuerno de Africa.

La FAO participa activamente en la iniciativa de un grupo de acción entre organismos de las Naciones Unidas lanzada por el Secretario General de esa organización Kofi Annan hace justo un año para eliminar la inseguridad alimentaria en el Cuerno de Africa.

El Banco Mundial ha convocado esta reunión de donantes, de dos días de duración, a la que brinda su sede la FAO y en la que participan representantes de otros organismos de las Naciones Unidas, los delegados de países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OECD), de la Unión Europea, de varios países africanos así como oficiales del Banco de Desarrollo Africano y de la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD). El presidente es Hans Binswanger, director del Departamento de desarrollo ambiental, rural y social de la región africana en el Banco Mundial.

El objetivo de la reunión es llegar a un acuerdo sobre el modo de seguir poniendo en práctica la estrategia del grupo de acción y conseguir formas de financiación. Cuando el informe del grupo de acción fue presentado al Secretario General de las Naciones Unidas, se acordó que el Banco Mundial sería el responsable de la movilización de recursos.

«Tanto los donantes multilaterales como los bilaterales deben asegurar fondos a largo plazo en ayuda de los esfuerzos de las naciones para acabar con el hambre y la inseguridad alimentaria a un nivel proporcionado a la escala del problema. Además de los mecanismos tradicionales como el préstamo en condiciones favorables o la concesión de fondos para proyectos y programas sectoriales, hará falta un compromiso a largo plazo por parte de los donantes así como mecanismos de financiación innovadores más sensibles a las iniciativas a nivel local», afirma el grupo de acción entre organismos de las Naciones Unidas.

Un informe final del grupo dedicado a las tareas que emprender para mejorar las condiciones de la alimentación en la región subraya que «es necesario garantizar el compromiso de los gobiernos, de las organizaciones regionales, de los organismos de las Naciones Unidas, de los donantes, de la sociedad civil y de todos aquellos que juegan un papel clave en traducir las políticas comunes en acciones concretas y concertadas».

A nivel nacional, los gobiernos deben asumir la plena responsabilidad para eliminar la inseguridad alimentaria garantizando una serie de condiciones como el buen gobierno, los servicios sanitarios y de educación y la capacitación de sus gentes.

Junto con los gobiernos afectados, las organizaciones intergubernamentales deberían formular y poner en práctica un Programa Regional de Seguridad Alimentaria (RFSP) que incluyan la solución de los conflictos, la cooperación técnica, la promoción del desarrollo de la infraestructura regional, el patrocinio del comercio y la liberalización y armonización de las políticas comerciales, la integración económica y un sistema integrado de alerta temprana para la región, agrega el informe del grupo de acción.

Los organismos de las Naciones Unidas asesoran a los gobiernos a la hora de establecer prioridades para los programas de desarrollo y formular inversiones encaminadas a conseguir la seguridad alimentaria y la acción adecuada en caso de calamidades y su mitigación, en particular en el Cuerno de Africa.

Cada gobierno deberá elaborar un Programa de Seguridad Económica Nacional, basado en las indicaciones de las Estrategias de Seguimiento de la Cumbre Mundial de Alimentación, así como en las iniciativas nacionales de seguridad alimentaria ya existentes y en las Estrategias para la Reducción de la Pobreza. El programa contará con dos objetivos principales: eliminar el hambre y atajar la inseguridad alimentaria crónica. En la Cumbre Mundial de Alimentación, convocada por la FAO en 1996, los jefes de Estado y de gobierno de 186 países se comprometieron a reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas afectadas por el hambre.

Elementos principales de cada programa tendrían que ser un plan de acción en caso de calamidades y la eliminación del hambre. Los sistemas de alerta temprana tendrán que someterse a reestructuración para proporcionar una cobertura mejor de las áreas de pastoreo y de agropastoreo y estar ligados a los sistemas regionales. Deberían basarse en un sistema activo de comunicación a doble nivel entre las comunidades locales y los responsables de las decisiones nacionales e internacionales. Los campesinos y pastores tendrían que ser capaces de comunicar a los responsables de las decisiones cuando y donde sus reservas alimentarias escasean y sus ganados mueren, mientras los organismos internacionales, que tienen acceso a las previsiones meteorológicas, deberían garantizar que esta información llegue inmediatamente a las comunidades locales.

El objetivo inmediato tendría que ser la mejora del sustento de los campesinos pobres y con escasos recursos, combinando tecnologías agrícolas y servicios de ayuda, acceso a los mercados y a los préstamos, junto con la creación y potenciación de las empresas rurales y la agroindustria. Esos campesinos, al igual que los pastores que viven en las zonas áridas y semi-áridas de la región y los que viven en zonas urbanas con inseguridad alimentaria, son los principales destinatarios del programa.

Para los que viven en las áreas de altas mesetas, por ejemplo, significará utilizar mejor el agua adoptando técnicas de regadío en pequeña escala, basadas en la experiencia del Programa Especial de la FAO para la Seguridad Alimentaria. En las áreas más secas, por otra parte, el objetivo se centra tanto en el fomento de cultivos resistentes a la sequía, como en la conservación del suelo y el agua. Al mismo tiempo, los campesinos deberían procurar diversificar sus fuentes de ingreso, criando ganado de ciclo breve, aventajándose de los productos no madereros del bosque y, en algunos lugares, desarrollando el ecoturismo.

El programa necesita una financiación consistente. Buena parte puede proceder de los canales convencionales de garantías bilaterales y préstamos de concesión pero será también necesario poner en marcha mecanismos nuevos y descentralizados para ofrecer a las iniciativas locales un acceso a los préstamos más directo y flexible.

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Para una visión actualizada de los trabajos del grupo de acción, visitar el sito

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