La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) está llevando a cabo misiones de evaluación de daños en cada uno de los países afectados por los devastadores tsunamis del pasado domingo en el sudeste asiático. De este modo verificará el impacto de la catástrofe en el sector agrario y pesquero y obtendrá información detallada sobre la ayuda necesaria, informó hoy ese organismo de Naciones Unidas.
Las comunidades costeras a lo largo del sudeste asiático, incluidas las de Somalia, fueron arrasadas en la mañana del domingo 26 de diciembre cuando gigantescas cortinas de agua salada se precipitaron sobre la tierra firme dejando tras de sí más de 60.000 muertos, de los cuales más de la mitad solo en Indonesia, según indican datos recientes.
«Estas comunidades han perdido todos sus medios de producción», explica Fernanda Guerrieri, jefe del Servicio de Operaciones de Emergencia de la FAO. «Obviamente, las necesidades más acuciantes son las de equipo médico, agua potable, alimentos, vivienda y servicios higiénicos, pero las comunidades afectadas por el desastre necesitan reanudar sus actividades productivas lo antes posible para que puedan autoabastecerse y evitar la emigración de masa de los desplazados a ciudades que tienen ya un exceso de población».
Evaluando las necesidades inmediatas y a largo plazo
Los países más golpeados por la catástrofe son India, Malasia, las Maldivas, Sri Lanka, Tailandia y Somalia. Los representantes de la FAO en esos países trabajan con otros organismos de las Naciones Unidas para coordinar sus operaciones de socorro, mientras Naciones Unidas se prepara a lanzar un llamamiento con carácter urgente para recaudar fondos en ayuda de todas las naciones víctimas del tsunami.
«El personal técnico de la FAO trabaja ya en la mayor parte de esos países y, a medida que la ayuda llega, estos expertos podrán ayudar a los gobiernos a definir los criterios de prioridades», agregó Guerrieri. «La evaluación detallada de los daños facilitará la reanudación sostenible de las actividades una vez cubiertas las necesidades inmediatas».
Las misiones de evaluación actualmente en curso suministrarán un cuadro más concreto de las necesidades de las comunidades pesqueras más afectadas por el desastre y en las que la pérdida de las embarcaciones y de las artes de pesca significa el adiós a los ingresos y al medio de sustento. Además los hogares pobres no contarían con los ahorros necesarios para reponer sus enseres ni podrían cubrir sin ayuda las necesidades alimentarias urgentes de sus miembros.
También se analizarán los daños causados a los cultivos y a la tierra de labranza. De ese modo la FAO podrá planear mejor sus actividades de restablecimiento de la agricultura y de seguridad alimentaria. Para Guerrieri las necesidades más acuciantes del sector agrario son las de semillas, fertilizantes, aperos y animales domésticos. También hace falta ayuda para restablecer la infraestructura en pequeña escala: redes de riego, establos y lugares de mercado y almacenaje.
En Sri Lanka, uno de los países más devastados, la FAO ha respondido a una petición oficial de ayuda y colabora con el gobierno movilizando a su personal de campo para llevar a cabo actividades de emergencia en los distritos afectados. Además facilitará también la ayuda necesaria para el restablecimiento del sector alimentario y agrícola una vez evaluados los daños del terremoto.
En las Maldivas, donde el gobierno estima que dos terceras partes de la población han sido afectadas por el seísmo, es todavía imposible la comunicación con una serie de islas periféricas. En Indonesia, los problemas de acceso a algunas zonas muy devastadas hacen muy difícil obtener el cuadro completo de las pérdidas. No obstante, en ambos países hay misiones de evaluación en curso y dentro de poco se espera poder contar con información mas detallada.
Por lo que se refiere a los países que todavía no han solicitado ayuda, la FAO está dispuesta y preparada a ayudar a los gobiernos de estas naciones en las operaciones de evaluación y de socorro.
FAO