Al intervenir en la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación, cuyo tema es este año el Derecho a la Alimentación, el Director General de la FAO, Jacques Diouf, se preguntaba: ¿si nuestro planeta produce alimentos suficientes para mantener a toda la población mundial, por qué 854 millones de personas todavía se van a dormir con el estómago vacío?, y añadió “un derecho no es un derecho si no puede ser exigido”.
El presidente de Alemania, Horst Köhler, aseguró que “el hambre no es un destino sin escapatoria, puede ser eliminada con las políticas adecuadas”. Ello requiere que los Gobiernos de los países en desarrollo conviertan la seguridad alimentaria en una prioridad. “Todo el mundo –añadió- tiene derecho a alimentos sanos producidos de forma sostenible y apropiados a su cultura. La participación democrática es la mejor garantía de que los Gobiernos entenderán las necesidades básicas de la gente y las tomarán en cuenta”. También afirmó que la población debería contar con una cantidad suficiente de alimentos de producción propia y de zonas cercanas, lo que requiere un tipo de agricultura basado en la propiedad de la tierra, estructuras eficaces y conocimientos locales.
Por su parte el Presidente de Tanzania, Jakaya Mrisho Kikwete, recordó que “cada día mueren 40 000 niños en el mundo a causa de la malnutrición y las enfermedades relacionadas. Son las personas a las que se les está negando el derecho a alimentarse. Son las personas a las que se dedica este año el Día Mundial de la Alimentación”. Añadió que la solución definitiva pasa por la mejora de la agricultura, en especial en África.
En un mensaje leído durante la ceremonia, el Papa Benedicto XVI aseguró que la alimentación es un derecho universal para la humanidad sin que pueda haber distinción o discriminación, por lo que pidió “a todos los miembros de la sociedad que garanticen el derecho a la alimentación, cuyo incumplimiento es una violación de la dignidad humana”.
A pesar del hecho de que el Derecho a la Alimentación fue incluido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por las Naciones Unidas en 1948, el compromiso para hacer cumplir este derecho ha sido solamente gradual. Sin embargo, Diouf señaló que “si las campañas nacionales para implementar el derecho a la alimentación habrían sido impensables tan solo hace una década, ya están dando sus frutos. En Brasil, por ejemplo, este derecho se haya ahora firmemente asentado, y el hambre está en retroceso”.
La FAO ha estado trabajando con gobiernos y organizaciones no gubernamentales para promover una serie de directrices y un marco adecuado destinado a ayudar a los responsables de políticas y otras partes implicadas a garantizar el derecho a la alimentación.
El ministro italiano de Agricultura y Políticas forestales, Paolo de Castro, subrayó a este respecto la importancia de las directrices sobre el Derecho a la Alimentación como la forma más eficaz de movilizar a los gobiernos, así como a la sociedad civil, en el objetivo de conseguir la seguridad alimentaria global.
“El crecimiento demográfico, el cambio climático y el precio de los productos básicos parecen estar trabajando en contra nuestro en estos momentos, amenazando con convertirse en una tormenta perfecta con una abrumadora situación de necesidad. Pero existe la esperanza de poder acabar con el hambre, y la ciencia y la educación están de nuestra parte”, señaló en un mensaje Josette Sheeran, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), quien estuvo presente en la ceremonia.
“Tres cuartas partes de los mil millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza lo hacen en áreas rurales”, advirtió el Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Lennart Båge. “Muchos –añadió- sufren ya de hambre y malnutrición, pero hay problemas nuevos y crecientes, como el cambio climático que les hace todavía más vulnerables. Por ello ahora, más que nunca, el mundo tiene una urgente obligación moral de invertir en desarrollo agrícola como forma de combatir el hambre y devolver la dignidad a los pobres”.
Todavía hay demasiados hambrientos
Once años después de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, la cifra de personas desnutridas en el mundo permanece inaceptablemente alta, con 820 millones de personas en los países en desarrollo, 25 en los de economías de transición y 9 millones en los países industrializados. Como resultado, la promoción del derecho a la alimentación no es tan solo un imperativo moral o una inversión con grandes beneficios económicos, es un derecho humano básico.
Al mismo tiempo, cada vez se pone mayor presión en el suministro de alimentos y productos básicos como el trigo y la leche, cuyos precios han subido debido principalmente a una combinación de factores como las fluctuaciones meteorológicas debidas al cambio climático y que afectan a las cosechas, el avance de los biocombustibles y la creciente demanda de los nuevos mercados emergentes.
Eventos del Día Mundial de la Alimentación en el mundo
El Día Mundial de la Alimentación se celebra anualmente en 150 países. Entre los eventos más destacados este año figura una vigilia a la luz de las velas que comienza en el Pacífico sudoccidental y se desplaza alrededor del globo para atraer la atención sobre el problema del hambre; conciertos musicales en El Cairo, Roma y Bamako, entre otras ciudades, eventos deportivos como la Carrera por Alimentos que tiene lugar en Roma y Turín y encuentros de fútbol profesional en España dedicados a concienciar sobre el Día Mundial de la Alimentación. En ocasión de esta celebración, Universidades de Italia, Irlanda e Irán han establecido institutos o puesto en marcha cursos universitarios sobre el derecho a la alimentación.
FAO