Siempre en primera línea en la defensa de la biodiversidad agraria.
Del 12 al 16 de junio se celebrará en Madrid (España) la primera sesión del Órgano Rector del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura que entró en vigor en 2004 bajo los auspicios de la FAO.
India es el mayor cultivador de plátanos en el mundo, con una producción anual de 16.8 millones de toneladas, es decir más del 20 por ciento del total mundial cifrado en 72.6 millones de toneladas.
Pero la sobreexplotación y la pérdida de bosques como consecuencia de la invasión de la maleza y de la tala, los cultivos de «corta y quema» y la urbanización están provocando una pérdida rápida de especies de plátanos silvestres que existían en India desde hace miles de años. Entre ellos se encuentran los antepasados de la variedad Cavendish, el gran y carnoso plátano de postre que acapara prácticamente todo el comercio mundial, con casi 20 millones de toneladas por año.
Los plátanos y bananas – fritos, hervidos, al horno o troceados – son el alimento básico para 400 millones de personas en el mundo en desarrollo. También sirven para hacer fibra y cerveza. En India, juegan un papel importante en la medicina tradicional.
Los plátanos son la fruta más exportada del mundo y el cuarto producto alimentario básico más importante del globo – después del arroz, el trigo y el maíz – en términos de valor de producción.
Defendiendo la biodiversidad
«El subcontinente indio ha dado una contribución enorme a la base genética mundial de plátanos – observó NeBambi Lutaladio, Oficial de Agricultura de la FAO – pero debido a la destrucción del ecosistema, es probable que se hayan perdido numerosos recursos genéticos muy valiosos».
«Este hecho causaría graves problemas porque los plátanos y en particular las variedades comerciales, tienen un acervo génico muy limitado y son sumamente vulnerable a parásitos y enfermedades.»
Durante los años 50, el plátano Gros Michel, la variedad comercial dominante de aquella época, fue destruido por la enfermedad de Panamá. Fue entonces cuando se introdujo el Cavendish, que había resistido a la enfermedad.
Sin embargo, subrayó Lutaladio, en todo el mundo los agricultores en pequeña escala cultivan una amplia gama de plátanos que no están amenazados por las enfermedades que actualmente ponen en peligro las variedades comerciales.
Exploración
Los plátanos perdidos de la India incluyen una variedad que poseía resistencia genética contra la temida micosis «Sigatoka negra» que devastó las plantaciones en Amazonas y en otras partes del mundo. El único clon de la especie, cuyo nombre científico es Musa acuminata, spp. Burmannicoides, se encuentra en el Jardín Botánico de Calcuta.
La FAO solicita una exploración sistemática y urgente de cuanto resta del hábitat forestal de los plátanos silvestres, que se encuentra en algunas de las regiones más remotas de la India y en las selvas de Sudeste Asiático, para evaluar los daños y catalogar la cantidad y el tipo de las especies silvestres supervivientes. También pide que las iniciativas de conservación se centren en la gestión de la tierra por las poblaciones locales, así como una investigación encaminada a la difusión del empleo de plátanos silvestres en los programas de mejoramiento genético.
La primera mención histórica de los plátanos se debe a Alejandro Magno que, durante la invasión de India en el año 327, a.d.C., narraba cómo se deleitó comiéndolos.
El nombre plátano (banana) deriva del árabe, banan o dedo. Los mercaderes árabes llevaron la planta a África, mientras los portugueses hicieron lo propio en el Caribe y América Latina.
FAO