La FAS se moviliza para exigir su derecho a riego

Quieren regar en el cien por cien de la superficie, mientras solo se les ha ofrecido agua para el 50 por ciento de las 36.000 hectáreas de arrozales sevillanos

La Federación de Arroceros de Sevilla (FAS) se movilizará mañana día 10 de mayo a las 11,00 horas de la mañana a las puertas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) en la Plaza de España, sector II, (Avda. de Portugal) antes de la reunión de la Comisión de Desembalse para exigir su derecho a riego en la actual campaña.



Los productores de arroz exigen regar en la totalidad de las 36.000 hectáreas ya que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir sólo les ha ofrecido regar en el 50 por ciento de la superficie, lo que consideran una oferta envenenada y que ocasionaría múltiples problemas en el sector, ya que “agruparnos en la mitad del territorio sería como meter a un ‘okupa’ en tu propio terreno y sin saber si esta opción tendría cabida con la burocracia de la PAC”.



Actualmente los embalses en la cuenca se encuentran al 43% de su capacidad, con 2.056 hectómetros cúbicos almacenados. Los arroceros para regar en las 36.000 hectáreas de superficie necesitan un mínimo de 350 hectómetros, mientras que la CHG sólo les asegura la mitad. Por lo que pedirán 1.100 hectómetros cúbicos de desembalse para un riego garantizado para toda la cuenca.

Perdidas económicas, sociales y medioambientales

El sector recuerda que no caben producciones alternativas en las tierras de las marismas y la prohibición de regar supondrá pérdidas económicas que ascienden a 91,95 millones de euros por campaña; pérdidas sociales en municipios que viven por y para el cultivo como Puebla del Río, Los Palacios, Las Cabezas; Aznalcázar, Lebrija, Utrera e Isla Mayor. El sector genera 540.000 peonadas entre fijos y eventuales que suponen la subsistencia de todo el entorno arrocero sin olvidar que la propia Federación de Arroceros contrata durante toda la campaña a 70 ingenieros técnicos agrícolas para el control integrado de la misma.



No sembrar significa la paralización absoluta del arroz y de otras actividades paralelas como la pesca, maquinaria, industrias auxiliares, etc. El sector tiene además una serie de proyectos de modernización que se verían paralizados como la reconversión del actual sistema de regadío que supondrá un ahorro de agua de 150-200 hectómetros cúbicos por campaña así como la creación de la industria arrocera que también se vería paralizada, ya que si no hay presente no se puede pensar en un futuro.



La repercusión de la no siembra también tendrían unas repercusión negativa sobre el medio ambiente ya que los arrozales se convierten en zona de alimentación y de cría de la avifauna de Doñana.

FAS

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