El establecimiento de un horario de verano ha sido una reivindicación histórica, que se ha consensuado entre todo el sector pesquero afectado y la administración autonómica.
Según la normativa publicada, durante los meses posteriores a la parada biológica –desde el 23 de noviembre al 28 de febrero– se reduce la actividad a 15 horas diarias de lunes a jueves, con lo que se logrará una mayor protección del recurso tras los meses de parada. Este horario irá aumentando progresivamente y así en los meses de marzo y abril la actividad pesquera será de 18 horas diarias de lunes a jueves.
En los meses de mayo, junio y julio, en los que la flota de arrastre obtiene capturas de las especies con mayor valor comercial, se establece un horario continuado de 24 horas durante 4 días a la semana. Durante el mes de agosto y en los 23 días de septiembre anteriores a la parada, el horario vuelve a ser de 18 horas diarias, siendo la única época del año en la que se desarrolla la actividad los viernes.
Con estos ajustes desciende el número de horas en la mar y se mantiene un esfuerzo pesquero global similar al existente. Además se reducen los gastos de mantenimiento, y especialmente de carburante, al suprimirse, en la mayor parte del año, un día de actividad en la semana (el viernes) y no tener que regresar a puerto en el horario de verano durante los meses de mayo, junio y julio.
Asimismo, se disminuye notablemente el esfuerzo pesquero tras la parada biológica con el consiguiente beneficio para el recurso, ya que se evita una excesiva presión sobre el posible reclutamiento de especies marinas. Por último, el establecimiento de un horario continuado en verano incrementará las capturas en la época de mayor demanda, contribuyendo por tanto a mejorar la rentabilidad de las embarcaciones.
Junta de Andalucía