Greenpeace ha advertido que los efectos de los temporales sufridos en la costa mediterránea estos últimos días vuelven a poner de manifiesto que la gestión costera en nuestro país necesita una profunda revisión.
Los temporales han provocado además graves destrozos en las playas y el mobiliario urbano. No se trata de un temporal excesivamente virulento, según los ecologistas, sino de lo previsible en esta época del año, pero la excesiva urbanización de la costa española ha sido la causa principal del incremento de los daños ocasionados por las inundaciones que ocurridas estos últimos días.
Según Greenpeace, las zonas más afectadas en Cataluña, como las de Maresme -donde se produjo el corte de la línea de ferrocarril entre Vilassar y Massanet y la desaparición de playas-, Girona -en Blanes y Lloret- o el Delta del Ebro -donde el mar entró hasta cien metros tierra adentro, llevándose playas y arrozales-, son las que de forma periódica sufren los efectos de los temporales, de forma que las graves consecuencias de los mismos deberían ser prevenidos.
De hecho, los ecologistas señalan que ya están perfectamente identificadas las áreas con una regresión costera crónica como Maresme, Costa Daurada o Garraf, y que pese a ello, no se ha solucionado aún el problema. Por otro lado, Greenpeace denuncia que las actuaciones de regeneración de playas por aporte artificial de arena en las que cada año se invierten miles de
millones de pesetas, a razón de unos 17 millones por kilómetro, demuestran con episodios como el vivido estos últimos días su ineficacia para luchar contra la regresión costera.
En el quinquenio 1993-98, la Dirección General de Costas invirtió un total de 131.125 millones de pesetas en actuaciones en la fachada costera, principalmente, en regeneraciones de playas por aporte artificial de arenas.
Muchas de estas playas han desaparecido en tres días. Hoy en día, pese a que este método caro económica y ambientalmente es, además, poco efectivo, existen al menos 42 proyectos de regeneraciones.
Para los ecologistas, el problema deriva de la ocupación masiva del litoral, incluso en áreas inundables, como así lo denunció en su informe “Destrucción a toda costa” publicado recientemente.
“Pese a las señales que la naturaleza se encarga de enviar de forma más o menos periódica sobre los espacios que por seguridad no deberían ocuparse, como es la primera línea de playa, no se está produciendo el deseable esponjamiento del litoral. Muy al contrario, se siguen promoviendo construcciones en el litoral”. De hecho, según Greenpeace, hay planes para al menos 30 ampliaciones de grandes puertos comerciales, 58 proyectos para ampliar o construir puertos deportivos, y numerosos proyectos de urbanización en primera línea de playa. Todos estos proyectos sólo servirán para rigidizar más la costa, y agudizarán el estado regresivo de la misma.
Greenpeace tiene previsto reunirse la próxima semana con el Director General de Costas con el fin de plantearle, entre otros muchos asuntos, todos estos problemas, y demandar al Ministerio de Medio Ambiente nuevos deslindes del dominio público marítimo-terrestre en la costa española tras los temporales de estos días.
Greenpeace