Los agricultores reciben estos días cartas de la Conselleria de Agricultura donde les instan a solucionar incidencias en la tramitación de los expedientes de pago único presentados hace más de dos meses, pero les dan de plazo diez días desde la recepción de la misma. Además, los días hábiles van a coincidir con los de menor presencia de funcionarios en las oficinas de la Conselleria de Agricultura por las vacaciones de agosto.
En algunos casos las incidencias son la falta de documentación aportada, pero la mayor parte de las exigencias son “surrealistas” porque por ejemplo a los productores de arroz se les pide una declaración de la producción de este año cuando no se segará hasta septiembre, lo que revela un profundo desconocimiento de este sector o una deficiente redacción al confundir el concepto de recordatorio con el de incidencia. En otros casos la incidencia es una parcela duplicada con otro solicitante cuando ninguno trabaja a medias con el otro.
En el caso del pago de los cítricos aparece como incidencia que la parcela no tenía uso citrícola en 2006, cuando se trata de explotaciones en las que ya se han hecho alegaciones al SIGPAC pero que aún no se han resuelto y por tanto persiste el error ante la falta de respuesta de la administración y, por tanto, no debería comunicarse al agricultor hasta que se tuviese la resolución a la alegación presentada. Si tenemos en cuenta que hay términos municipales completos en los que en el SIGPAC aparecían las parcelas de cítricos como fruta y hortaliza, las incidencias se van a multiplicar.
Las oficinas comarcales de la Conselleria de Agricultura se ven desbordadas estos días ante la avalancha de llamadas y visitas de agricultores que desean información sobre las cartas que reciben en sus domicilios. Incluso muchos productores de cítricos, como nunca han percibido una ayuda europea, se alertan al recibir una carta donde le indican que sus datos son correctos, simplemente ante la complejidad y los tecnicismos empleados en el escrito remitido desde Conselleria de Agricultura.
LA UNIÓ