La incautación de pescado inmaduro en las lonjas y puertos andaluces en Andalucía en el primer cuatrimestre de 2003 alcanzó la cifra de 24.308 kilos, de los que más del 68% (16.638 kilos) fueron decomisados por los servicios de Inspección Pesquera de la Consejería de Agricultura y Pesca Andaluza y el resto -7.671– en actuaciones desarrolladas conjuntamente entre este departamento y la Guardia Civil.
Por especies, la chirla y la merluza acapararon el 80% de los decomisos con 10.747 y 8.758 kilos, respectivamente. A continuación, se situaron las incautaciones de boquerón, que se elevaron a 2.664 kilos. Además, se decomisaron inmaduros en las lonjas y mercados andaluces de pulpo (895 kilos), salmonetes (380 kilos), cañaílla (168 kilos) y coquina (127 kilos), entre otras especies.
La provincia andaluza en la que se registró un mayor volumen de decomisos fue Huelva, con más del 33% y 8.114 kilos de pescado inmaduro; seguida de Sevilla, con el 22% y un total de 5.469 kilos. En Cádiz se incautaron 4.373 kilos de inmaduros y en Jaén, otros 2.365 kilos; mientras que Granada, Almería, Málaga y Córdoba se efectuaron decomisos de 1.636, 1.148, 857, 347 kilos de inmaduros.
Las operaciones realizadas durante los cuatro primeros meses de este año por la Inspección Pesquera supuso el levantamiento de 144 actas de inspección, a las que se sumaron otras 56 actas de la Guardia Civil. Del total de actas, la mayor parte correspondieron a la inspección de embarcaciones; seguidas de las realizadas a los transportes, lonjas y mercados.
Refuerzo de la inspección
Los servicios de inspección pesquera de la Consejería de Agricultura y Pesca realizan sus funciones tanto por mar como por tierra a lo largo de los 800 kilómetros del litoral andaluz, en carreteras y provincias de interior, así como en las 25 lonjas. Para esta labor cuenta con un cuerpo de inspectores y subinspectores de las diferentes delegaciones provinciales litorales.
La captura de inmaduros es una falta administrativa que pone en peligro los recursos y los caladeros y su comercialización supone un fraude contra la calidad y la salud. Para paliar estos efectos, la Consejería ha incrementado sus esfuerzos en labores de control y sensibilización. Este aspecto se consolida en la Ley andaluza de Ordenación, Fomento y Control de la Pesca Marítima, el Marisqueo y la Acuicultura marina.
La Consejería puso en marcha en 2002, al igual que en años anteriores, una campaña de sensibilización en diferentes medios de comunicación contra el consumo de inmaduros. Esta iniciativa contó con una serie de acciones paralelas, como las actividades en el Aula del Mar de Málaga y el Aula Marina del Terrón (Huelva), en las que mediante talleres de trabajo educativos se ha acercado el problema a los escolares andaluces.
Junta Andalucía