La incertidumbre en los precios amenaza al cultivo de la chufa en la región valenciana

Una vez arruinada la campaña del caqui y la del arroz, el único producto del campo valenciano que había mantenido su rentabilidad en los últimos años ve amenazado ahora también su futuro”, se lamenta el presidente de esta or ganización agraria, Cristóbal Aguado, quien recuerda que la pésima situación del sector pri­mario es la que conducirá el próximo fin de semana a realizar la “mayor movilización de las dos últimas décadas”.

Efectivamente, la chufa era hasta el momento la excepción que confirma la regla de la ruina general del campo valenciano. Su mantenimiento, la estabilidad en los precios y una de manda creciente habían sido hasta ahora factores determinantes en el freno a la expansión urbanística en la co marca de L’Horta Nord, donde se concentra este cultivo. La salida hacia la industria horchatera de más del 90% de su producción y en menor medida, la artesanal, han permitido durante los últimos lustros la consolidación de un floreciente ne go cio basado en un producto con una estructura de la propiedad mi ni fun dista pero con una calidad propia, diferenciada y amparada en la Denominación de Origen ‘Horchata de Chufa de Valencia’. “De poco servirá que el Ayuntamiento de Valencia apruebe un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para pro te ger el suelo de la Huerta o un Plan de Acción Te rritorial como el que está trabajando el Con­sell si el principal cultivo que la sostiene está hoy en peligro”.

AVA-ASAJA aconseja a los agricultores que, hoy más que nunca, defiendan un pre cio por kilo para su cosecha y que no la cedan sin tenerlo antes garantizado. En este sentido, la organización agraria recuerda que el tubérculo se puede mantener en perfecto es ta do ba jo tierra hasta marzo o incluso abril. No obstante, de prolongarse esta situación, el problema se arrastraría a otros cultivos hortícolas que –como la cebolla, la patata, coles o pimientos- suelen plantarse en rotación una vez concluye la temporada de la chufa. “La mayoría de las parcelas de la Huerta están arrendadas y si no se saca rendimiento a la chufa, sus propietarios no las trabajarán, ni se explotarán después para otras hortalizas, con lo que se acelerará el grave proceso de aban dono que ya sufre esta zona, provocando un serio problema de salubridad incluso a las zonas ur banas de su entorno”, advierte Aguado.

Europa Press

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