En un artículo anterior hablábamos sobre los productos con Denominación de Origen. La Indicación Geográfica Protegida (IGP) se utiliza para designar productos que se elaboran en un lugar concreto y que tienen una calidad determinada debida a su situación geográfica. El sello de Indicación Geográfica Protegida indica que un determinado producto agrícola tiene unas características particulatres de calidad y sabor que sólo se consiguen por la influencia del tipo de terreno y climatología en la producción de un lugar concreto. Con este sello además el consumidor está protegido frente a productos que traten de imitar al original pero que tengan una calidad inferior.
Algunos ejemplos de artículos con Indicación Geográfica Protegida son la cecina de vaca de León, las judías blancas de El Barco de Ávila o la torta del Casar.