A partir de este mes y con una duración estimada de un año, los proyectos proporcionarán a los agricultores insumos agrícolas. Financiados por el Programa de Cooperación Técnica – es decir, con los recursos propios de la FAO – forman parte de la denominada Iniciativa de la FAO relativa al aumento de los precios de los alimentos (ISFP, por sus siglas en inglés).
Ya hay seis países que se benefician por un importe total de casi 2,8 millones de dólares (Burkina Faso, Côte d’Ivoire, Haití, Mauritania, Mozambique y Senegal). Los fondos propios de la FAO dedicados a esta iniciativa alcanzan ya a 54 países.
El objetivo inmediato de estos proyectos es garantizar el éxito de las próximas temporadas de siembra y, a largo plazo, demostrar que incrementado el suministro de insumos agrícolas clave como semillas y fertilizantes, los pequeños agricultores serán capaces de aumentar rápidamente su producción alimentaria.
Una mayor producción alimentaria ayudará a proteger a los pequeños agricultores del alza de precios en los mercados a los que habitualmente tienen que acudir para comprar parte de sus alimentos y, con un poco de suerte, dará lugar a un exceso de producción que podría ser comercializado, incrementando sus ingresos y facilitando a la población rural y urbana el acceso a los alimentos.
Un saludable efecto catalizador
El suministro de semillas, fertilizantes y otros insumos agrícolas a los pequeños agricultores tiene la intención de alentar a los donantes, instituciones financieras y gobiernos nacionales a apoyar la dotación de insumos a mayor escala, según los expertos de FAO, que esperan que su Iniciativa pueda producir un saludable efecto catalizador que impulse a los socios en el desarrollo a contribuir en proyectos similares pero a gran escala.
Según la FAO, los países más afectados, especialmente en África, necesitarán por lo menos 1.700 millones de dólares para empezar a reactivar los sistemas agrícolas abandonados durante décadas.
El aumento sin precedentes de los precios de los alimentos, que subieron un 52 por ciento entre 2007 y 2008, ha tenido graves consecuencias económicas, sociales y políticas en los países pobres. Y los elevados precios de los insumos agrícolas se han convertido en un importante obstáculo para el aumento de la producción agrícola en los países en desarrollo. En el periodo comprendido entre enero de 2007 y abril de 2008, los precios de los fertilizantes en particular aumentaron a un ritmo mucho mayor que los de los alimentos.
Anticipando el impacto generalizado y la gravedad del alza de los precios alimentarios, la FAO lanzó en Diciembre de 2007 su Iniciativa relativa al aumento del precio de los alimentos para ayudar a los países vulnerables a adoptar medidas urgentes para potenciar el suministro asegurando el éxito de sus campañas agrícolas y para proporcionar apoyo en las políticas para mejorar la seguridad alimentaria.
Los 48 países que se están beneficiando de la iniciativa de la FAO son: Afganistán, Angola, Armenia, Bangladesh, Barbados, Belice, Benin, Bhután, Burundi, Camboya, Camerún, Comoras, Corea RPD, Chad, Djibouti, Dominica, Eritrea, Granada, Guinea, Guinea-Bissau, Guyana, Honduras, Jamaica, Kenya, Kirguistán, Lesotho, Madagascar, Mali, Mongolia, Nigeria, Nepal, Nicaragua, Pakistán, Filipinas, República Centroafricana, Rwanda, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Sierra Leona, Sri Lanka, Sudán, Suriname, Swazilandia, Timor-Leste, Togo, Yemen y Zambia.
FAO